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Hollywood 2011

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Diario de un viaje a Los Ángeles publicado en febrero de 2011 por Antonio Tausiet


Martes 22
Estoy sobrevolando los Estados Unidos. Para llegar de España a Los Ángeles hacen falta tantas horas que uno pierde la cuenta. El avión vuela en dirección contraria al giro terrestre, así que viajamos también hacia atrás en el tiempo. José Ángel, el jefe de la expedición, contratado por el Canal Hollywood para emitir cinco microespacios el domingo, día de la entrega de los Óscar; Gabi, el cámara; y yo, que les acompaño porque son mis amigos y porque el otro día estaba sentado en un banco esperando a mi hija y pensé que si me llamaba José Ángel y me proponía algo, aceptaría por alocado que fuera. En ya no sé qué aeropuerto, el jefe nos ha puesto en su portátil los programas que hizo hace 3 años también en Los Ángeles con Ana Esteban para el Heraldo. En el primer avión, he visto cine a la carta. Tres películas: La red social (2010), un aburrimiento del sobrevalorado Fincher; Mr. magorium y su tienda mágica (2007), con Dustin Hoffman y Natalie Portman, muy mala; y Déjà vu (2006), de Tony Scott, con sus explosiones, su Denzel Washington y su argumento cogido por los pelos.
Como digo, estoy sobrevolando los Estados Unidos. En España ya es miércoles, aunque aquí este martes eterno no parece que vaya a terminar nunca. Quizás no había bastado con cinco controles distintos para acceder al primer avión: un error de lectura de cartelería me ha llevado a empujar al grupo a someterse al puente detector de viajeros dos veces para el mismo segundo vuelo, en el aeropuerto de Philadelphia, tras recorrer de nuevo como en un déjà vu pasillos y pasillos. Menos mal que los ánimos no están muy encrespados y el jefe no se ha quejado demasiado. La anécdota es que podríamos haber evitado ese segundo mal trago si no fuera porque yo he puesto un pie más allá de una línea en el suelo, y unos militares me han impedido retroceder ante las llamadas de mis compañeros. En este avión cuya sombra recorrería la Ruta 66 si no fuese porque ya es de noche, llegaremos al Oeste a la hora de cenar… con ganas, porque no parecen tener intención de alimentarnos. Mientras, reímos construyendo jeroglíficos en servilletas, transformados en niños que gozan con sus juguetes. Algunos de los viajeros utilizan internet a bordo, actualizando su red social mediante un acceso de pago que funciona en pleno vuelo.
Momento indicado para reflexionar sobre el sentido de mi presencia en un grupo que va a trabajar para la televisión, mientras yo contemplo el sol de California. La entrega de los premios de la Academia de Hollywood, que nos reúne en este mítico lugar, no deja de ser una buena metáfora de cómo están las cosas: (con)fusión de la cultura con el ocio, preeminencia de la brillantina sobre el arte y, en definitiva, los modos de divertirse que caracterizan ¿desde siempre? a los ricos y a los pobres: aquéllos televisando su derroche y éstos intentando imitar el desfase transformando el glamour en esperpento. Yo formo parte del grupo de los contemplativos, ése que como calla otorga. Por supuesto que sí. No me da la gana de intentar arreglar nada: simplemente me quejaré cuando me apetezca. Mientras, juego con mis dos amigos a que el motivo de mi viaje es tocar el pezón izquierdo de Natalie Portman, nominada a mejor actriz por Cisne negro.
Miércoles 23
Hoy es 23-F, el 30 aniversario de un golpe de estado fallido en España. Basta con alejarse unas cuantas decenas de miles de kilómetros para darse cuenta de la importancia de Antonio Tejero Molina, Adolfo Suárez González, Felipe González Márquez, Juan Carlos de Borbón y Borbón y todas esas grandes figuras del toreo político español: ceros a la izquierda.
Sunset Boulevard será mi guarida en ese barrio angelino cuyo nombre está escrito en unos carteles blancos bastante traperos sobre unas colinas peladas y todos los habitantes del planeta conocen. Hollywood es un barrio de Los Ángeles, pero sobre todo el lugar donde se han gestado durante cien años los moldes de las ensoñaciones de las masas. Esos mismos alambiques sobre los que hoy podemos decir que la ficción ya no tiene una frontera definida con la realidad. El cine era un peldaño más, después de la literatura. Hoy es internet, el soporte de todo lo anterior y el gran salto a la falta de importancia del lugar físico y de la presencia.
Los coches no cesan de pasar nunca por Sunset Boulevard. Las calles aquí son carreteras, nadie se desplaza caminando. Ahora entiendo mejor la segunda parte de Wall-E. La hija de un hispano se casó con un hindú que regenta el motel donde me alojo, en el corazón de la ciudad de los sueños. Todos toman cafés americanos y van a lo suyo. Las tomas de corriente son de clavija plana y en invierno hace frío, contra lo esperado. El domingo el mundo mirará hacia aquí y verá cómo se reparten premios entre ellos los herederos de aquellos que se asentaron en este solar para no pagar la tasa Edison.
Las películas y directores candidatos de este año son de poca importancia para la historia del cine. Los actores también, aunque destacan la bella Natalie Portman, protagonista de Cisne negro, y el veterano Jeff Bridges, del western Valor de ley. Entre los secundarios, el verdadero protagonista de El discurso del rey, Geoffrey Rush. La griega Canino opta a mejor extranjera: espero que gane y así pueda verla.
Esta mañana he confirmado que las estrellas del paseo de la fama son reales. Quiero decir, virtuales. Que aquí, como es sabido, es lo mismo. El equipo desplazado desde Zaragoza trabaja con intensidad, mano a mano con los enlaces americanos. Todo muy profesional. Estoy seguro de que el resultado final que se verá en Canal Hollywood en España el domingo, antes de la entrega de los Óscars y dividido en cinco microespacios, será absolutamente solvente y del gusto de la cadena y sus espectadores.
El hecho de trabajar en un medio como el de la farándula, sea cara al público o en sus vertientes más peregrinas, hace que se viva permanentemente en un estado de estrés creativo. Estos días vivo junto a mis amigos la magia del arte, y creo que ellos no son muy conscientes, inmersos en sus ajustes de producción. Sé que todo esto no es más que un pequeño engranaje en la gigantesca máquina de hacer dinero de la industria audiovisual, pero aún no son los robots quienes tienen la última palabra en eso de generar contenidos. Los conceptos de guión, fotografía y montaje están vigentes.
Otra cosa es lo de la promoción. Es bien sabido que las producciones de alto presupuesto dedican la mitad de su inversión a inducir su publicidad positiva. Grupos de periodistas afincados en Los Ángeles asisten a preestrenos de filmes para conseguir entrevistas con las estrellas, información privilegiada y recursos económicos. Curiosidades del capitalismo.
Las comidas son como parecen vistas desde la vieja Europa: cadenas interminables de cadenas alimenticias que ofrecen bocados vertiginosos. Ya sabemos bastante de eso en nuestros nuevos extrarradios, que imitan lo peor del líder mundial. Pero sólo es una semana, y luego vuelta a la borraja y el hígado de ternasco.
En todas partes se encuentran cosas curiosas y atractivas. Un centro comercial de Los Ángeles (The Grove) está construido junto a un antiguo mercado recuperado, y la conjunción del mercado, que conserva algo de su sabor, y el nuevo conglomerado, que ha sido urbanizado al aire libre imitando una ciudad de película, con banda sonora de crooners incluida, tiene un cierto encanto entre kitsch, naif y entrañable. Incluye un tranvía, una fuente que baila al ritmo de la música y aceras repulidas como en un escenario recién estrenado. Elegimos comida mexicana y a dormir. Mañana será otro día intenso: de actividades y de marea humana, porque cada vez está más cerca la ceremonia anual, esa opereta grandilocuente que atrae a miles de visitantes. Por ejemplo, yo.
Jueves 24
Avanza implacable la semana y los comercios de souvenirs se agolpan en Hollywood Boulevard. Hacia el norte, el reguero de estrellas en el suelo se consume pronto, cerca de una sinagoga. Pero hacia el sur, continúan incesantes durante kilómetros. A medida que uno se aleja del centro comercial que ejerce de punto de encuentro, disminuyen los lugares míticos y aumentan los comercios demodés.
Museos de cera con las figuras mal recompuestas, supuestas exposiciones de rarezas de los años cincuenta, iglesias de las religiones más variopintas, tiendas de ropa interior para prostitutas, comercio de armas al por mayor, escuelas de música, fotógrafos ajados… hasta un supermercado del disfraz, también añejo, con todos los pequeños detalles que requiere un camuflaje perfecto.
Mis amigos siguen trabajando, pateándose esta ciudad de cartón piedra, a la busca de imágenes amenas para sus reportajes: qué comen los actores, o quiénes serán los elegidos el domingo. Pero lo más alucinante ha sido la visita a las famosas letras blancas de Hollywood que lucen en las colinas.
Un concejal del distrito ha sido nuestro guía en la ruta. Bien alimentado con carne local, nos ha facilitado la entrada a un recinto que da directamente a la parte trasera del letrero. Antes, hemos podido ver un pequeño museo construido en las primeras oficinas cinematográficas de Hollywood, donde Cecil B. de Mille tenía su despacho hace cien años.
Por mucho que varios actores famosos se han prestado por la tarde a poner su imagen tras el micro del canal para el que trabajan mis amigos, la excursión a las grandes letras blancas ha merecido mucho más la pena, por su carácter surrealista y el empeño exagerado del concejal para que todo fuese sobre ruedas.
Todos estamos agotados; yo también, porque acompaño a los currantes en varias fases de sus desfases. Pero qué bien sienta darle un pequeño empujón a la vida, aunque sea en forma de viaje inopinado.
Ya sólo quedan tres días para la entrega de premios. Que gane el mejor. Y el que pierda, que siga las costumbres de los antiguos pobladores de Los Ángeles, los gabrielinos o tongva, que le daban al estramonio, un psicótico natural que causa locura irreversible.
Viernes 25
En Los Ángeles no sólo hace frío en invierno. También llueve, como en las películas. Pero las inclemencias meteorológicas, tan reales, no pueden con la maquinaria arrolladora de la meca del cine y su factoría asociada de burbujas. La vida sigue en las calles por la mañana: un grupo de homeless ciclistas levanta su campamento en el porche de un local de streaptease; el pequeño centro comercial de Santa Mónica continúa sirviendo sus cafés aguados en Starbucks; una ardilla salta de árbol a árbol en un parque recoleto del barrio Este.
Ya cerca del cogollo frenético, un pequeño equipo español de televisión graba a un par de japonesas diciendo “Javier Bardem” ante una estatua de Marilyn pintada con purpurina. En las escaleras de acceso al teatro Kodak, la alfombra roja está cubierta de plástico para que los turistas puedan pisarla hasta el último momento. Las figuras de atrezzo del tío Óscar también están protegidas de ataques de helados de chocolate, además de acompañadas de guardias de seguridad.
Comer de nuevo en uno de los miles de restaurantes es sólo un trámite para llegar a la rueda de prensa de Javier Bardem y González Iñárritu, presentando su Biutiful, que opta a mejor película en habla no inglesa. Es la primera vez que se selecciona como mejor actor a alguien que habla extranjero, y coincide que es en castellano.
Los dos (actor y director) responden con sinceridad y humanismo a los periodistas acreditados, entre los que me he colado. La sensación de cercanía es quizás real, como también parece cierto que sus consignas sociales son sentidas. Otra cosa es si han conseguido o no reflejar eso en la película. Iñárritu denuncia al capitalismo; Bardem agradece a los grandes actores su trabajo. Todo el acto se desarrolla en español, y la prensa que acude es latina al cien por cien.
La lluvia no cesa pero el trabajo tampoco. El jefe José Ángel está realizando labores de montaje; luego reescribirá los guiones; responderá llamadas; resolverá problemas; atenderá necesidades humanas de su equipo; encajará horarios imposibles; y por fin, mañana, entregará un trabajo que por lo que se ha visto hasta ahora resulta excelente. Siempre dentro de los márgenes de una producción audiovisual cuyo único propósito es no hablar de nada. O sea, de los Óscar de Hollywood.
Sábado 26
Los Ángeles fue fundada por españoles; las distopías suponían que la ciudad acabaría repleta de asiáticos; sin embargo, abundan más los hispanos. Eso sí, en los puestos más bajos de la escala social. En cuanto un camarero te escucha chapurrear el inglés, desenvuelve su acento mexicano o colombiano para atenderte sin barreras idiomáticas. Para un analfabeto en poliglosia, es todo un respiro.
Como el día es intermitente en fenómenos atmosféricos, el equipo de grabación alterna porches y descampados, según arrecian la lluvia o el sol. Son las últimas tomas: mañana domingo se emite el trabajo en España, como información previa a la entrega de los galardones. Anochece y en estos momentos el despacho de la productora echa humo. Todos los rincones del Hollywood mítico y todas las personas relacionadas a las que se ha tenido acceso han sido grabados; la suerte está echada.
La cinemateca del teatro Egipcio, último escenario de las tomas, acoge en su entrada un bar donde hemos celebrado con cerveza el final de la primera fase del trabajo; esta noche, una vez todo terminado, habrá nuevos brindis. Ayer mi amigo el cámara y yo nos refugiamos del chaparrón en un restaurante italiano rústico muy acogedor. Y hoy parte del equipo ha comido conmigo en otro italiano, esta vez más fino, donde todo estaba estupendo: a medida que pasan los días, parece que también es posible ingerir algo que no sea comida basura.
Es un ejemplo de que la sarta de tópicos negativos que estoy desgranando en mis crónicas es (como pasa siempre) sólo una cara de la realidad. En todas partes cuecen habas (aunque aquí son difíciles de hallar) y regirse por prejuicios es una manera segura de equivocarse.
De hecho, me parece que en Los Ángeles el caos circulatorio es más bien ordenado; que la cantidad de personas sensibles (artistas) por metro cuadrado es muy superior a la del resto del mundo; y que la mejor forma de pasar la vida (esperar la muerte) es ilusionándose por algo: ejercicio que aquí son expertos en exportar.
Domingo 27
El trabajo del equipo al que acompaño y apoyo ha tocado a su fin. Ahora nos quedan dos días de asueto para reconocer Los Ángeles con calma.
Esta mañana he cruzado Sunset Boulevard, porque justo en la acera de enfrente está la tienda de guitarras eléctricas más famosa del mundo (Guitar Center). Hollywood no es sólo el lugar histórico donde a principios del siglo XX nació el cine como industria; también en paralelo se desarrolló desde aquí el negocio de la música popular, creándose las primeras casas discográficas.
A la entrada de la tienda, en un remedo del acceso al Teatro Chino de Hollywood Boulevard, se agolpan losas en el suelo con las huellas de las manos de los grupos e intérpretes más relevantes del rock. Dentro se puede ver una apabullante exposición de guitarras, que van de precios populares a astronómicos. Yo, que de instrumentos no entiendo nada, he salido anonadado. Y Gabi, que me acompañaba, también.
Antes de comer hemos visitado Santa Monica, el barrio costero angelino con su bello paseo comercial, una especie de Las Ramblas versión fashion. La comida estrambótica (muy buena) ha tenido lugar en un restaurante que homenajea nada menos que a Forrest Gump, en el entorno de un viejo parque de atracciones varado en un muelle.
Y el precioso ocaso del Pacífico lo hemos divisado desde el paseo marítimo de Venice, el barrio de Los Ángeles donde se respira la marihuana mezclada con el incienso, los rastafaris, las minúsculas clínicas de bótox, los puestos de artesanía hippie, el rock, los tatuajes… la herencia de lo que alguna vez quiso ser contracultura. Un lugar extraordinariamente atractivo, todo hay que decirlo.
Y a la hora de la entrega de los Óscar (el motivo último que me ha traído hasta aquí, quién me lo iba a decir), un providencial bar ha salido a nuestro encuentro. Agradable barra, buena cerveza, pantallas de televisión… y a dejarse llevar por la gala, presentada por la inconmensurable Anne Hathaway. “El discurso del rey” se ha llevado los premios más importantes: justa decisión, porque entre las películas -ciegas- de este año, como ya dije, el tuerto/tartamudo (buena película británica, pero no obra maestra) es rey -de Inglaterra-.
De vuelta en Hollywood, una cena internacional nos mece a la cama. El hecho de que estas crónicas hayan ido pasando de reflexivas a anecdóticas, de críticas a complacientes, de sesudas a ligeras, tiene un nombre científico: síndrome de Estocolmo. El autosecuestro que me he suministrado me hace ver cada día más bello el lugar, más buena la comida, mejores personas los miembros del equipo, más guapas las mujeres, más obedientes los perros, más gráciles las gaviotas, más valientes los inmigrantes, más tranquilos los vagabundos, mejor combadas las palmeras y más duradera la batería de la cámara de fotos.
Todo, como vengo avisando, ficción absoluta: es decir, la pura verdad de la vida. La paz ayuda. Y el amor también hace, también (peace and love). Lo digo por mi estado actual, claro. Pero además como homenaje a aquel “verano del amor” que se produjo en agosto de 1967, aquí mismo, justo en el preciso instante en que yo nacía.
Lunes 28
Segundo y último día de turismo hasta que llegue la noche y tenga que embarcar en un viaje interminable hasta volver a Zaragoza. Hacemos una visita fugaz al entorno de Universal Studios, y nos vamos, ahuyentados por el precio de la entrada al parque temático. Parque que por otro lado algunos nos alegramos de no visitar.
El barrio de negocios, el lugar con el ayuntamiento y los rascacielos, se llama Downtown (centro). Allí está la catedral (2002), diseñada por el español Moneo. En su cripta, la tumba de Gregoy Peck y muchas otras, que esperan con nombre o sin él, reservadas a muertos muy precavidos. Pero lo más descacharrante es que una vez que has dejado el coche en el aparcamiento de la catedral, si quieres librarte de pagar 18 dólares debes validar el ticket en una mesa a la entrada… sólo si has ido a misa.
Muy cerca se levanta el Walt Disney Concert Hall, esta vez de Gehry (1999), primo del Guggenheim de Bilbao. Alberga un jardín bastante tranquilo.
Y más tranquilo aún resulta el restaurante tailandés de Sunset. Comida rica y buena compañía, no se puede pedir más que un buen cigarrillo. Pero eso en el siglo XXI es pecado mortal. Los parias de la tierra somos ahora los que estamos perseguidos por echar humo (quede claro que es una ironía: los parias son los de siempre, muriendo como moscas por enfermedades que para nosotros son curables).
Una animada tarde viendo cómo compran, una agradable velada cervecera nocturna en Venice con todo el equipo (José Ángel, Gabi, Tamara y Raquel), más dos agregados: Sergio, director sevillano de cortos y yo, paseante zaragozano.
Y con eso ya está todo el pescado vendido. Tras las despedidas y sin dormir ni un minuto, el avión nos lleva a Gabi y a mí del aeropuerto de Los Ángeles al de Philadelphia, atravesando todo el país en dirección contraria a la de la venida. Horas y horas.
Martes 29
Esta crónica, además de ser la última, es la dura constatación de que las realidades son a veces como muros contra los que chocarse. En este caso, el trayecto que para mucha gente es un viaje rutinario, a mí me deja tan hecho polvo que disminuye gravemente la calidad de mis textos. Así, el anterior, escrito en estado próximo a la lipotimia (como éste): sólo acierto a balbucear recuerdos borrosos.
Pero es que una intensidad como la experimentada (aún ando entre aeropuertos), a raíz de un desplazamiento tan inesperado, que me ha abierto los ojos (siquiera por unos días) respecto a cómo hay que vivir, merece a cambio este pequeño esfuerzo de párpados sin cerrar por unas horas.
Como digo, a cambio sé que tengo unos amigos muy buenos (que ya tenía); que si aceptas las cosas tal y como vienen quizás hagas menos bilis y más endorfinas; que si transmites paz te la devuelven. Que con la edad, uno se pone más tierno, menos voceras y más alegremente triste.
No tengo nada más que decir de los Óscar; ni de USA, California, Los Ángeles, Hollywood y el resto de sus barrios. Nada más tampoco del cine, del audiovisual. Ni de mis amigos. Ni de mí.
Sólo sé que estoy muy cansado. Cuando duerma un poco, hablamos.
Ver fotos:

Divertimentos Berlanga

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Publicado el 27 agosto, 2011 por Antonio Tausiet


Presento el primer ensayo mundial de crítica cinematográfica en verso. Poesía para el cine, un experimento que repasa la filmografía completa de Luis García Berlanga, un director con sus luces y sus sombras, pero único e inigualable. Como comprobará el avisado lector, hay divergencias entre el quórum crítico y mis impresiones tras el visionado de cada película. En lo que estaremos casi todos de acuerdo es en que hay poemarios mejores.

1951
En la posguerra, en Madridun matrimonio de pobresgana un premio de consumoEsa pareja felizve que el consumismo es humo.
La idea no estaba mal;los directores, tampoco:Berlanga y un tal Bardem,-y encima está Fernán Gómez-pero no quedo chipén.

1952
De un encargo de folclorese consigue una humoradasobre miserias rurales,o mejor dicho miseriasde imperios abominables.
Bienvenido, Míster Marshall
a Guadalix de la Sierra.De nuestra España profunda,obra cumbre sin igual:Villar del Río y peineta.

1954
No basta que salga un ratoLópez Vázquez con sus gestos:Novio a la vista es cargante(hasta José María Rodero).
Lindamar es Benicasim-argumento de Neville-,aristocracia falleracogida con imperdible.
Una pandilla de críosque no acaban de crecerda una lección a sus padresy pare usted de leer.

1956
Peñíscola es perfecto para los planesde un sabio nuclear sin domesticar:en su fuga de Cabo Cañaveralse hace amigo de todos los habitantes.
Dormir en el calabozo y desayunar,mejorarles los fuegos artificiales,hasta las fuerzas vivas de Calabuch
al homeless mucho de menos lo van a echar.

1957
Los trenes no se detienenen Fontecilla.(Alhama de Aragón pintamuy parecida),el mejor san Dimas creoque es Pepe Isbert,Los jueves, milagro tienemil guionistas-Franco colocó a un curitadel Opus Dei-,pero aquellas tres escenasde apariciones,sublime antropologíade savoir faire.

1961
Un motocarro ladra en los adoquinesde la vieja Manresa,siente a un pobre en su mesa.
Plácido
 no consigue pagar la letramientras la estrella brilla,muchas cosas dependen de Quintanilla.
El mismo año brindaba por caridades,cosas raras del cine,con Viridiana gente sin calcetines.
El humor y la muerte versión Azconaremuerden la conciencia,boda republicana, plano secuencia.

1963
Qué ilusión, qué candor,Emma Penella gorda,angustia insoportable,El verdugo, qué horror.
Pepe Isbert jubilado,y al proceso de Kafka,angustia insoportable,Manfredi condenado.
De penalti la boda,y los guardiaciviles-angustia insoportable-ahogan al rapsoda.
No se mira al espejoel estado asesino.Angustia insoportable,me estoy haciendo viejo.
1967
Un encarguito para Sonia Bruno-la doble de Audrey Hepburn, cosa fina-lleva a Azcona y Berlanga a la Argentina.
Por creer que la guapa es moribunda,

La boutique
 que le pone su maridocambia el otro título preferido:
“Las pirañas” (la esposa y su mamá).Entre guiños curiosos y chorradastransita esta fofa astracanada.
Es la primera de una trilogíasobre el hombre infeliz y perdedorante las damas de su alrededor.

1970
Luis García Berlanga habría queridoa López Vázquez y a Laly Soldevillacomo la pareja de protagonistasde su  mediocre película anterior.
Así que él y Rafael Azcona insistieronen el humor fúnebre con estos dos,llevando a Sitges, lleno de extranjeras,a su víctima masculina, su represión.
Manuel Alexandre, amnésico;las chicas, todas preciosas-sobre todo la irlandesa-.
¡Vivan los novios!
 es tenebrosa,con su araña humana del final,y a jugar a otra cosa, mariposa.

1973
Por fin Berlanga y Azconatienen total libertady crean a una muñecade Tamaño natural.
El dentista Piccolihastiado de las mujeresse pasa al poliuretanoy a sufrir vuesas mercedes.
Pues pese a las mascletásque quieren hacer comedia(con Alexandre, con Ciges…)la cosa es pura tragedia,
aunque el doctor resuciteveintiséis años despuésen la última comediadel libertino marqués.

1977
Saza, genial como siemprey las perdices podridas,ministros del Opus Dei,cacerías de franquistas,los porteros electrónicos,y los curas trabucaires,las putas de compañía,aristocracia enranciada,destape, desilusión,astracanada tontuna,La escopeta nacional,anarquismo de salón.

1981     
El marqués de Leguineche-perfecto Luis Escobar-prosigue sus aventurasen el Madrid posfranquista.Patrimonio nacionalsupera a su antecesoraporque se centra en el finde la aristocracia ranciapero no en su defunción:el negocio continúaa causa del patrimono:sayonara, fin, adiós.

1982
El tema de la evasiónde capitales.La cosa de la cosa delos nacionales.Nacional III cierra el ciclosin cosas fenomenales.

1985
Qué maravillade actores y de guión:La vaquillaes todo un peliculón.
Bendito sea el rescatede este texto,maestros del disparatepor supuesto.
No falta ni sobra nadade metrajeputas, curas, la cornaday el paisaje.
Impecable Alfredo Landaqué maestro,Sacristán y demás pandade cabestros.
España, en paños menoresy el marqués;eran Sos y alrededoresya lo ves.

1987
Berlanga y Azcona, última colaboración;chapucería tonta sobre el turrón,aunque está Fernán Gómez, siempre genial.Con su falta de fuelle considerablecon su doblaje infame, su caos fatalcon chistes de mal gusto, con tonterías;con Moros y cristianos, con subnormales,Berlanga se queda ancho, no hay más que hablar.

1993
Ya no está Azcona al guión, pero da igualporque le sustituye el hijo del directorescriben juntos la cuarta Nacionaly dan rienda suelta al órgano excretor.
En la prisión modelo (la de Valencia)se organiza una gala sin ánimo de lucroa monseñor Berlanga aún le quedaba cienciapara matar a López Vázquez, fútbol de luto.
Y es que si sale Saza la cosa es buenaSantiago Segura, Rafael González,con Borau, Sisa, Luis Ciges y Torrebruno,Todos a la cárcel van de verbena.
Pepe Sacristán monta la bufonada;España de disuelve por sus entrañas:la chapuza, el travesti como criada.
Tres años les quedaban a los sociataspara robar un poco y salir de escena,cambiando los langostinos por los bocatas.

1999
Aquel médico francésque tenía una muñecaen su casa de Parísestá harto de la vida.
El santo de Fontecillacon cara de Pepe Isbertse ha trastladado de villay ahora vive en Calabuch.
Y el pintor tan detallista,que repite don Manuel;y hasta la Guardia Civily un anarquista añadido.
Y allí acaba Piccolimontado en su bicicletaporque París-Tombuctúes una ruta muy larga.
Farmacia surrealista:el detalle que faltaba,de Amparo Soler Leal,la Velasco y Gurruchaga.
Manolete no era el padrey se destila tristezay todos tenemos miedoa la soledad completa.

Galeries Barbès: ¿la primera película de Luis Buñuel?

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Publicado el 1 diciembre, 2011 por Antonio Tausiet


Luis Buñuel (Calanda, 1900-Ciudad de México, 1983) es uno de los más importantes directores de la historia del cine. Su filmografía abarca 32 películas entre 1929 y 1977, además de una filmación doméstica (Menjant garotes, 1930) en la que aparecen los padres de Dalí en Cadaqués. La serie comenza con Un chien andalou (1929), cuyo guión escribió junto a Salvador Dalí; pero antes de realizar este filme, Buñuel quizás se había puesto ya detrás de las cámaras como director. Esta es la historia de una investigación sobre la película que pudo iniciar la carrera del realizador aragonés.


En el libro Recordando a Luis Buñuel (Pedro Christian García Buñuel, 1985), el sobrino de don Luis introduce así este texto, cuando comenta la vida de su tío en 1926: “Cuenta Manuel Ángeles Ortiz:”
“En París, las grandes firmas hacían unas peliculillas destinadas a la publicidad de sus productos. Uno de los primeros encargos que recibió Luis Buñuel fue de ese género, y el comandatario era nada menos que los almacenes “Muebles Barbés”. En el guión de la peliculilla éramos una pandilla de revolucionarios mexicanos, con grandes sombreros y unos pistolones de miedo. El capitán de la partida era el surrealista Max Ernst. Deteníamos y llevábamos prisionero a un tirano y lo condenábamos a muerte, pero en el momento de la ejecución llegaba un compañero revolucionario gritando: “¡Deteneos! ¡Deteneos!”. Bajábamos todos los fusiles y el compañero nos informaba: Al registrar su casa hemos descubierto que está decorada con “Muebles Barbés”. Nuestra reacción era de estentóreo júbilo: arrojábamos los sombreros al aire gritando a coro: ¡Vivan los “Muebles Barbés”! Y le perdonábamos la vida al condenado. Haciendo estas cosas, además de ganar algún dinero, lo pasábamos muy bien.”
Cuatro años después de este recuerdo, Buñuel rodó La Edad de Oro (1930), donde aparece un grupo de revolucionarios, también encabezados por Max Ernst, y en el que Manuel Ángeles Ortiz actúa como guarda airado que mata a su hijo. Pero eso forma ya parte de la historia oficial.

La firma “Muebles Barbés”, así recordada por el pintor andaluz, era en realidad un importante comercio de muebles llamado Galeries Barbès, situado en el número 55 del boulevard del mismo nombre, donde se aún se ubican algunos comercios del ramo, aunque la tienda se incendió en 1962 y el lugar está ocupado hoy por un edificio moderno. La memoria del artista añade algún equívoco más, como veremos.


Interesado por estas referencias, busqué en internet más datos, y encontré que en el año 2006,un miembro (“Padre Lizardi”) del foro Divx clásico escribía esto:
“Leyendo un libro de la periodista Antonina Rodrigo sobre la relación entre Lorca y Ángeles Ortiz (el guarda que mata a su hijo, en La Edad de Oro), el gran pintor español le comentaba a la periodista que, de jovencito residente en Paris, había colaborado con Buñuel en la realización de un corto publicitario en el que un grupo de revolucionarios mexicanos, comandado por Max Ernst, perdonaba la vida a un señorón, porque sus muebles eran de un determinado fabricante. No le di importancia, porque nadie había mencionado el asunto aparte del pintor, ya anciano… Pero viendo Coup de Torchon, de Tavernier, me encuentro con que los protagonistas ven en un cine un corto publicitario idéntico al reseñado por Manuel Ángeles Ortiz…”

El libro al que se refiere el mensaje es Memoria de Granada: Federico García Lorca y Manuel Ángeles Ortiz (Antonina Rodrigo, 1984). Y efectivamente, en la película de Bertrand Tavernier1280 almas (Coup de torchon, 1981), ambientada en la África francesa de 1938, pueden verse unos pequeños fragmentos de ese anuncio publicitario.


Lo primero que contemplamos es un texto sobreimpreso en pantalla que dice: “Au petit jour à Mexico on va fusiller un homme” (De buena mañana en México se va a fusilar a un hombre). Se ve a un hombre que se sienta de espaldas y que fuma compulsivamente con los ojos vendados. Luego un primer plano del oficial del pelotón fundido con un fondo no identificado. Después aparece Max Ernst diciendo: “Nous ne sommes pas des sauvages, nous ne tirons pas sur une chaise qui vient des Galeries Barbès!”. “¿Nos han tomado por unos salvajes? ¡Nos negamos a disparar sobre una silla procedente de Galeries Barbès!” Sigue un plano de la silla vacía. Y a continuación se ve el rótulo anunciador de la firma: “La plus grande exposition de mobiliers Aux Galeries Barbès. 55 Boulevard Barbés, Paris. Livraisons gratuites a domicile dans toute la région” (La más grande exposición de mobiliario en Las Galerías Barbès. Boulevard Barbès 55, París. Entregas gratuitas a domicilio en toda la región).
Pero los datos que se aportan en el foro aludido no acaban aquí. El usuario añade:
“Pues sí, el corto del fusilamiento comandado por Ernst existe. Acabo de verlo en el documental sobre el pintor, que está compartiendo Irazar. Es algo distinto a los recuerdos de Manuel Ángeles Ortiz: Ernst no es el jefe revolucionario sino uno de los miembros del pelotón, que explica a su superior por qué no han fusilado al ricachón. Schamoni, el director del documental, dice que el corto forma parte de un grupo de obras de vanguardia en las que el pintor participó, antes de que Buñuel lo llamara para hacer de jefe bandido en La Edad de Oro. Lo malo es que, en los créditos finales, Schamoni no lo cita con los otros filmes en los que participó Ernst.”

Así es: en el magnífico documental alemán de Peter Schamoni (Max Ernst, 1991) aparece una buena parte del corto datado supuestamente en 1926, aunque se lo identifica con “algunas películas experimentales de sus amigos surrealistas”. En ese fragmento de 25 segundos podemos ver al grupo de cinco soldados con bigotes postizos y escopetas, al que se dirige un oficial con sable que les grita: “¿Por qué no han disparado?”, situado junto a una silla. De entre el grupo, avanza Max Ernst, y responde “¿Nos han tomado por unos salvajes? ¡Nos negamos a disparar sobre una silla procedente de Galeries Barbès!” En ella vemos sentado al potentado que iba a ser objeto de fusilamiento, vestido con un traje elegante. Se desata las piernas, se levanta, recoge un cigarro del suelo, se peina, se limpia el polvo de la ropa y se va. El oficial grita: “¡Estoy deshonrado y desolado!”, mientras intenta partir su sable con la rodilla.


Pese a lo aparentemente anecdótico de la idea argumental, en esta “peliculilla”, como la llama Manuel Ángeles Ortiz, aparecen ciertas constantes del cine de Buñuel que la configuran como una pequeña joya. Por un lado, la ya citada presencia de un grupo de revolucionarios, que volverá a introducir en La Edad de Oro y La muerte en el jardín. Por otro, el potentado burgués, como don Quintín de La hija del engaño y tantos otros. Pero sobre todo, el acto frustrado del fusilamiento, que nos remite a la representación del mismo en Así es la aurora por parte de unos niños, al del principio de El fantasma de la libertad (en el que participan como reos el propio Buñuel y tres amigos suyos) y a todo el argumento de Ensayo de un crimen, donde Archibaldo de la Cruz no logra consumar nunca sus proyectos de asesinato. Una idea que volverá a repetirse en forma de cenas nunca celebradas en El discreto encanto de la burguesía.


Un encargo de una firma comercial lleva a Luis Buñuel, supuestamente a la temprana edad de 26 años, a filmar un divertimento humorístico que parece llevar su firma indeleble. Décadas después, en México, hacia 1960, una marca de aguas minerales le encargará otro spot, para revitalizar las ventas ante la amenaza de las importaciones extranjeras. Buñuel les propondrá un guión en el que Cristo crucificado dice a sus guardianes: “Sed tengo”. Un centurión le ofrece una botella de agua mineral de la marca. Entonces Cristo niega con la cabeza, rechazando el agua. No fue aceptado y nunca se realizó.
La datación y redacción de este artículo vendría a cubrir un hueco en la filmografía de Buñuel, rescatando el único encargo publicitario conocido consumado por el director, pero también añadiendo un audiovisual más a su lista de filmes. El primero.

Pero claro, no todo es tan bonito. En 1926, el cine sonoro no estaba popularizado. Y buceando un poco más por los procelosos abismos de la Red, encontramos datos adicionales que desmienten rotundamente la versión de Manuel Ángeles Ortiz.
En la web de La maison de la publicité, un museo parisino que atesora miles de anuncios de todas las épocas, se ofrecen datos concretos sobre la película. Lo primero, se le atribuye un título, el texto sobreimpreso inicial: Au petit jour à Mexico on va fusiller un homme. También una duración:1’38”; un año: 1932; y ¡un director!: Paul Grimault, cineasta después experto en animación que había sido diseñador de muebles. Como datos adicionales, constatar la presencia de Max Ernst (doblado por Jacques Brunius) y, según Film Reference, con guión de Jean Aurenche, cuñado de Max Ernst y años después guionista de Bertrand Tavernier. Ninguna referencia a Buñuel en ninguna parte. La memoria gasta a veces malas pasadas. Pero de todo se aprende.

Los personajes reales de Midnight in Paris

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Publicado el 24 enero, 2012 por Antonio Tausiet


La película de 2011 de Woody Allen, Midnight in Paris, incluye personajes históricos relacionados con el mundo del arte que aparecen o son nombrados en la trama. El guión está inspirado en un relato humorístico del autor, Memorias de los años veinte. Para acabar con los libros de recuerdos, a su vez una parodia de la novela París era una fiesta, de Ernest Hemingway. En el relato, Allen se codea con gran parte de los personajes y esboza algunas situaciones de su película. Pero el filme va mucho más allá, reflexionando sobre la inseguridad en la creación artística, las complicaciones y diversidades del amor y la disconformidad con el tiempo presente y su consecuencia: la quimera de la Edad de Oro; además de hacer protagonista a París y su mitología. Otro relato de Allen, El episodio Kugelmass, provee del mecanismo mágico para introducirse en un mundo deseado (ya utilizado en La rosa púrpura de El Cairo). Éstos son los personajes:


1. Años veinte

Cole Porter, compositor estadounidense de música popular.

Linda Lee Thomas, esposa millonaria de Cole Porter.

F. Scott Fitzgerald, escritor estadounidense de la llamada Generación Perdida.

Zelda Fitzgerald, esposa esquizofrénica de F. Scott Fitzgerald.

Jean Cocteau, escritor y cineasta vanguardista francés (nombrado).

Joséphine Baker, bailarina de variedades negra estadounidense afincada en París.

Ernest Hemingway, escritor estadounidense, premio Nobel de literatura.

Juan Belmonte, torero español, fundador del toreo moderno.

Gertrude Stein, escritora vanguardista estadounidense afincada en París.

Leo Stein, coleccionista de arte, hermano de Gertrude Stein.

Alice B. Toklas, compañera estadounidense de Gertrude Stein.

Pablo Picasso, pintor cubista español.

Coco Chanel, diseñadora de moda francesa (nombrada).

Amedeo Modigliani, pintor italiano afincado en París (nombrado).

Georges Braque, pintor cubista francés (nombrado).

Joan Miró, pintor surrealista español (nombrado).

Djuna Barnes, escritora estadounidense afincada en parís.

Salvador Dalí, pintor surrealista español.

Man Ray, fotógrafo y escultor surrealista estadounidense afincado en París.

Luis Buñuel, cineasta surrealista español.

T. S. Eliot, poeta estadounidense, premio Nobel de literatura.

Henri Matisse, pintor fauvista francés.

William Faulkner, escritor estadounidense, premio Nobel de literatura (nombrado).



2. Belle Époque (años 1890)

Henri de Toulouse-Lautrec, pintor postimpresionista francés.

Pau Gauguin, pintor postimpresionista francés.

Edgar Degas, pintor impresionista francés.



3. En la época contemporánea del filme, se nombra también a:

Auguste Rodin, escultor francés fundador de la escultura moderna.

Camille Claudel, escultora francesa amante de Auguste Rodin.

Rose Beuret, esposa francesa de Auguste Rodin.

Claude Monet, pintor impresionista francés.

Aclarar que Adriana, una amante de Picasso procedente de Burdeos que se enamora del protagonista de la película, es un personaje ficticio. Como también lo es un supuesto autor de ballet llamado Franz Richard a quien se ofrecen a presentarle los pintores de la Belle Époque.

“Buñuel está en la estratosfera”. Siguiendo el rastro de las reliquias de Luis Buñuel

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Capítulo I: las ubicaciones en vida
Luis Buñuel nació en España en 1900, y durante su vida efectuó un peregrinaje por distintos lugares del mundo que le llevó a morir en México 83 años después. Veamos algunos de los puntos del globo que le sirvieron de morada.
El primer hálito de vida lo recibe en París, donde sus padres se alojan en el viaje de bodas y conciben al primogénito. Es en el Hotel Ronceray, ubicado en el Pasaje Juffroy (10 Boulevard Montmartre, 75009 París). O al menos así le gustaba rememorarlo al director. A los 24 años se aloja en ese mismo establecimiento, y la última escena de su última película (Ese oscuro objeto del deseo, 1977) se filma en el Pasaje Juffroy.
El 22 de febrero de 1900, la casa familiar de los Buñuel en Calanda está todavía en construcción. Un edificio proyectado por el célebre arquitecto zaragozano Ricardo Magdalena (quizás sólo atribuido), justo enfrente de la iglesia del pueblo. Así que Luisito nace en el domicilio anterior de la familia, en la calle Mayor 28. Esa construcción es derribada en 1964, y hoy está ocupada por una sucursal de Ibercaja.
Poco tiempo después, el mismo año 1900, se trasladan al palacete referido, en la plaza Mayor, frente a la iglesia parroquial, construido por el afamado arquitecto zaragozano Ricardo Magdalena. En 1969, el propio Buñuel la vende a unos primos suyos. En 2003 se subasta, y desde 2005 pertenece a unos compradores privados.
En 1903, según Ian Gibson (Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal. 1900-1938, 2013), la familia Buñuel vive en la calle Coso 5 de Zaragoza. Se trata de un edificio emblemático, actual sede de la popular “Droga Alfonso”. Lo ocupan hasta finales de 1906.
La gran casa de Zaragoza donde vive Luis desde los 6 hasta los 17 años está situada en el paseo de la Independencia 29, sede del periódico Heraldo de Aragón desde 1931 (edificio de construcción posterior al ocupado por la familia Buñuel).
Entre 1917 y 1924, Luis vive en la Residencia de Estudiantes, un remedo de las universidades inglesas ubicado a las afueras de Madrid. Como es sabido, allí conoce a Lorca y Dalí, con quienes se desplaza a Toledo los fines de semana.
La primera vez que Buñuel visita París (1924), localiza la habitación del Hotel Ronceray donde supuestamente había sido concebido (ver más arriba). Al establecerse en la ciudad a principios de 1925, se hospeda allí. Pero pronto cambiará de ubicación, manteniendo distintas direcciones sucesivas:
Hotel Saint-Pierre, 4 rue de l’École de Médecine 75006 Paris (donde hoy persiste, en el corazón de la ciudad).
En 1925-26-27, 3 bis, Place de la Sorbonne, París V. Una habitación amueblada “en una pequeña plaza, tranquila y arbolada” desde la que escribe a su amigo Lorca.
En 1927-1928, 74 Rue de la Glacière, Hôtel des Terrasses, París XIII (donde también viven numerosos intelectuales españoles). En la esquina con el Boulevard Auguste Blanqui; edificio hoy desaparecido.
En 1929, se muda a 7, rue du Laos, París XV. (Según Gibson, se trata del número 9)
A finales de ese mismo 1929, año en que viaja con frecuencia a España, nuevo traslado, a un hotel de nombre parecido al anterior,  14 rue Joseph de Maistre, Terras Hotel, Paris XVIII.
Y en diciembre de ese mismo 1929, escribe una carta desde el 43 boulevard Raspail, Hotel Lutétia (referencia de Gibson). Se trata esta vez de un alojamiento de lujo, que aún existe hoy.
Pronto dejará provisionalmente París y viajará a Estados Unidos.
1930. Primer viaje a Estados Unidos. Entre noviembre de 1930 y marzo de 1931, comparte un apartamento en la calle Oakhurst Drive, Beverly Hills, Los Ángeles, con Eduardo Ugarte, escritor amigo suyo con el que redactará el guion de Ensayo de un crimen (1955). Poco más de cuatro meses.
En septiembre de 1931 se instala en un apartamento del 39, rue Pascal de París, que conserva hasta su regreso a España tras su boda (23 de junio de 1934, con Jeanne Rucar) y el nacimiento de su hijo Juan Luis (9 de noviembre de 1934), ambos acontecimientos en la capital de Francia.
A finales de 1933, no obstante, pasa una temporada en la casa de su hermana Conchita, en la calle Doctor Castelo 13, duplicado, 2º izquierda, Madrid, cerca del Retiro (Gibson). (En la imagen, actuales 13 y 15 de la calle Castelo).
De 1934 a 1936, vive sobre todo en Madrid. El período de la vida de Luis Buñuel entre su regreso del primer viaje a América (1931) y su segundo y definitivo viaje a este continente (1938), está marcado en lo político por su adhesión al Partido Comunista.
Aunque estuvo durante un corto período habitando de nuevo en la Residencia de Estudiantes, su domicilio conyugal en Madrid de 1934 hasta septiembre de 1936 es una lujosa casa en la avenida Menéndez Pelayo 17, principal, ocupada después por Vicente Rojo, que llegará a ser general republicano. Jeanne llegó con Juan Luis el 1 de marzo de 1935, procedentes de París (Gibson).
El estallido de la Guerra Civil le lleva a vivir permanentemente en París, donde de 1936 a 1938 trabaja para la República, incluyendo su labor en 1937 en el Pabellón de España de la Exposición Universal.
Su domicilio en septiembre de 1936, cuando llega de nuevo a Francia, es el de Georgette Rucar, la hermana de su esposa Jeanne: 409 Square Albin Cachot, 75013 Paris. Poco después se muda con su familia a la comuna de Meudon, “al sudoeste de París, célebre por su tranquilidad” (Gibson), donde vive hasta su emigración americana.
1938. Segundo viaje a Estados Unidos. Un barco le lleva a Nueva York, a donde llega el 25 de septiembre de 1938 con su mujer e hijo, desde donde se trasladan en octubre en coche a Los Ángeles.
Allí vive durante casi un año en el 8802 de Ashcroft Avenue (West Hollywood).
1939. En septiembre, tras varios meses de penurias económicas, se traslada con su familia a la casa del escritor francés Michel Veber (autor del argumento de Gran casino, 1947) y su mujer Ivonne, en el 1245 de North Doheny Drive (West Hollywood), donde permanece hasta principios de noviembre de 1939, cuando viaja a Nueva York.
La estancia en Nueva York de Luis Buñuel se prolonga cinco años, desde noviembre de 1939 hasta el verano de 1944.
1940. Su primer domicilio fijo en Nueva York es el apartamento del escultor Alexander Calder, en Yorkville, un barrio del Upper East Side, al nordeste de Manhattan, popularmente conocido como Barrio Alemán. Concretamente, en el edificio de apartamentos conocido como The Manhattan (1880), en la esquina de la calle 86 –244 East 86th street– con la Segunda Avenida. Allí vive con su esposa e hijo los primeros meses de 1940.
Los seis meses desde abril hasta septiembre de 1940, Buñuel vive en el 741 de West End Avenue, apartamento 3E, en el West Side, el lado opuesto de Manhattan. El 1 de julio de 1940 nace su segundo hijo, Rafael.
Desde octubre de 1940 y durante un par de años, vive con su familia (mujer y dos hijos) en un pequeño apartamento de Yorkville, Manhattan en el 301 East 83 Street, edificio hoy inexistente.
Entre abril de 1941 y junio de 1943, trabaja en la División de Cine de la OIAA (Oficina de Asuntos Interamericanos), cuya sede está en el MoMA de Nueva York. La ultraderecha le presiona y dimite de su cargo.
En julio pasa unos días de vacaciones con su familia en un apartotel de las afueras: Maple Farm Inn, Stamford, New York. 
Pero pronto vuelve a Yorkville para inmediatamente alquilar a partir de julio de 1943 un nuevo apartamento en Nueva York, esta vez de nuevo en el Edificio The Manhattan, donde Calder le había acogido en 1940 (244 East 86th street); ahora concretamente en el apartamento 42, en el cuarto piso. Ahí vivirá un año más, hasta junio de 1944. (En la foto, interior actual de ese apartamento 42).
1944. Tercer desplazamiento a Los Ángeles, en tren desde Nueva York, esta vez para trabajar en doblajes de la Warner, empleo desde julio de 1944 a noviembre de 1945. Pasa por un par de casas de amigos: de julio a octubre en 6200 Fulton Avenue, Van Nuys (al norte de LA; en la foto, imagen actual del solar);
y de octubre a diciembre, en el 1311 North Sycamore Avenue, Hollywood.
La dirección definitiva en California de Luis Buñuel, su mujer y sus dos hijos es un chalet ubicado en 5642 Fountain Avenue, Hollywood 28, desde diciembre de 1944 a octubre de 1946.
El 31 de octubre de 1946 llega a México con su familia, tras varios viajes preparatorios. En un primer momento, vive en el Edificio Ermita (Revolución 23, Tacubaya, Miguel Hidalgo, Ciudad de México), lugar de acogida de refugiados españoles republicanos.
Ya instalado en la ciudad, su humilde domicilio es Nilo 52, dep. 2, Colonia Cuauhtémoc, Nueva Cobertura, Ciudad de México. Allí proyecta Un perro andaluz a sus amigos el lunes 13 de enero de 1947 y es vecino de la actriz rumbera Ninón Sevilla.
En 1952 se instala en la Cerrada de Félix Cuevas No. 27, Colonia del Valle, México D.F. Ordenada construir por él, ésa será su casa hasta su muerte en 1983, y hoy es un museo en su honor, propiedad del estado español.
En México escribe muchos de sus guiones, acompañado de sus ayudantes (como Jean Claude Carrière), en el Balneario San José Purúa, en Michoacán, una ciudad de vacaciones de lujo, hoy abandonada.
Entre 1952 y 1983, Buñuel realiza viajes esporádicos a París, alojándose en el Hotel L’Aiglon (232, boulevard Raspail. París), desde cuyas habitaciones se divisa el cementerio de Montparnasse.
También vive de vez en cuando en Madrid, en un apartamento que comparte con su hermana y Jean Claude Carrière en 1963, situado en la Torre de Madrid (Plaza España, 18. Madrid).

Capítulo II: el misterio de las cenizas
Viridiana, 1961
Las cenizas de Buñuel, oficialmente, se encontraban en paradero desconocido hasta junio de 2012:
Luis Buñuel falleció en Ciudad de México el día 29 de julio de 1983 por la madrugada, a causa de una insuficiencia cardíaca, hepática y renal provocada por un cáncer. Sus últimas palabras fueron para su mujer Jeanne: “Ahora sí que muero”. Se mantuvo fiel a su ideología hasta el final: no hubo ninguna ceremonia de despedida y actualmente se desconoce dónde se encuentran sus cenizas. Ese mismo año fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Zaragoza.
Wikipedia (consultado el 15-1-2012; corregido posteriormente: ver final de este artículo)
Sin embargo, diversas fuentes apuntan a que reposan en un lugar concreto del continente americano, aunque no queda claro si es México o Estados Unidos:
Un dominicano mexicano, el padre Julián Pablo Fernández, afirma que los restos de Buñuel se encuentran en una capilla privada, en México, DF. Y espera que no tarden en ser trasladadas a la cripta de la iglesia del Temple de Santo Domingo, uno de los grandes tesoros del barroco mexicano. A su modo de ver, las cenizas de Buñuel pudieran convertirse en “centro de visita y peregrinación”. Los herederos de Buñuel ponen el grito en el cielo. Y afirman que las cenizas del gran maestro aragonés se encuentran en San Francisco, en la residencia de su hijo Rafael.
En mayo de 2012, el padre Julián volvió a afirmar que poseía las cenizas, concretando que -según él- se hallan en un lugar al que no hay acceso público:
Añadió que el mismo Rafael le entregó a él las cenizas, y el dominico se encargó de llevarlas a la capilla del CUC, donde, según Fernández, reposan aún.  Preguntado por dónde específicamente se encuentran las cenizas, si esparcidas o depositadas en algún lugar, Fernández sólo dijo que se hallaban en un sitio de la parroquia “sin acceso”, y evitó dar más detalles. 
Efe México (23-5-2012)
Parece que la viuda de Buñuel, Jeanne Rucar, engañó al sacerdote; pero quizás fue al revés:
La esposa de Buñuel guardó el secreto del paradero de las cenizas hasta su muerte. Y los hijos tampoco han querido dar explicaciones. Buñuel acabó hecho cenizas el 30 de julio de 1983. Su hijo Juan Luis dijo que su madre había entregado las cenizas a su hermano Rafael. Y Rafael calla. En 2004 un cura mexicano, Miguel Concha, dice que el padre Julián Pablo Fernández es quien tiene las cenizas de Luis Buñuel, que fue su amigo. El dominico le pidió supuestamente las cenizas a la viuda para conservarlas y ella se las entregó. Están ahora, según unos, en el centro histórico de México, en la iglesia de Santo Domingo; y según otros, en el Centro Universitario Cultural de los dominicos en el Distrito Federal, junto a la Ciudad Universitaria. A Juan Luis le molestó mucho que el padre Julián afirmara que el ateísmo de Buñuel era superficial. Héctor Rivera publicó en la revista Milenio de México que “Un funcionario del Vaticano y la actriz Silvia Pinal confirmaron que las cenizas las tenía el cura”. Andrea Valeria, amiga de la familia Buñuel, cuenta que la viuda de Buñuel dijo “Julián cree que tiene las cenizas, pero no es así”. Y en una entrevista al diario La Opinión de Murcia, en 2009, Juan Luis dijo: “No se sabe dónde están. Fue cosa de mi hermano Rafael, y no sé lo que hizo con ellas, ni me importa”.
Nieves Concostrina (11-12-2010)
En el Vaticano lo tienen claro:
Ambrose Eichenberger, funcionario vaticano de la Comisión de Medios y animador de la Organización Católica Internacional de Cine, la OCIC, lo soltó mientras conversábamos como si todo el mundo estuviera enterado de lo que en realidad era un secreto celosamente guardado por familiares y amigos del cineasta hispanomexicano: el célebre realizador de la Edad de oro y Un perro andaluz, fallecido en 1983, reposaba en las instalaciones del Centro Universitario Cultural, la casa de los curas dominicos que trabajan al sur de la Ciudad de México, a un costado de la Ciudad Universitaria.
Héctor Rivera (30-3-2008)
Y la hipótesis de la pequeña iglesia al sur de Ciudad de México cobra fuerza entre sus allegados:
Al final de su vida a quién más veía era al padre Julián sacerdote dominico. Fue tan fuerte y tan profunda la relación entre Buñuel y el padre Julián que ahora las cenizas del ateo Buñuel reposan bajo el altar de la iglesia dominica adherida a la Universidad (la más grande de toda América Latina, 277 mil alumnos) y los 365 días del año, en varios momentos del amanecer y del crepúsculo, los sacerdotes dicen misa encima de sus cenizas.
Elena Poniatowska (25-8-2003)
Un lugar bastante probable, apuntado sutilmente en el documental El último guión, escrito y dirigido por Javier Espada y Gaizka Urresti:
Durante el rodaje en México del documental, Jean Claude Carrière dio a entender, sin darle ninguna importancia, que las cenizas de Buñuel se habían esparcido en el Desierto de los Leones, un bosque a las afueras del Distrito Federal que le gustaba mucho a Luis. Por eso, el equipo se desplazó hasta allí con Juan Luis Buñuel, quien decía que eso no era cierto, pero no se negó a rodar en el lugar. En el montaje final de la película, Juan Luis finalmente no aparece en esa ubicación, pero sí vemos una toma de los árboles en silencio, con la indicación escrita del paraje.
Ver también la noticia sobre el fin de ese rodaje, por David Valenzuela (18-3-2008)
Otra tesis es que las cenizas fueron repartidas:
Se incineró su cadáver, sus cenizas se esparcieron por un cercano bosque por el que gustaba dar paseos. Dicen que un sacerdote con el que le gustaba discutir, al que le gustaba provocar, se quedó con parte de las cenizas y las tiene escondidas en una capilla de una iglesia de la ciudad de México.
Javier Rioyo (27-7-2008)
Donde no parecen estar es en España:
Calanda en particular y Aragón en general quieren las cenizas de Buñuel. Así se confía y espera en su pueblo natal. Los restos del célebre sordo de Calanda irían a parar a su casa natal, que se convertiría en un centro de recuerdo permanente de la obra buñuelesca. De esta manera, Aragón, que no supo, no pudo o no quiso tenerle en vida, tendría, al menos, sus cenizas.
Javier Ortega (1-8-1983)
Consultado el difunto, muestra una gran indiferencia:
Respecto al lugar donde reposarán las cenizas, sus familiares en Zaragoza, su hermana Conchita y sus sobrinos Pedro y Leonardo García Buñuel, han manifestado al periódico El Día: “Conociendo a Luis, imaginamos que le daba igual lo que se hiciese con sus restos una vez muerto. Suponemos que reunió a su mujer y a los dos hijos hace tiempo y les dijo que hicieran con sus cenizas lo que quisieran. Luis pudo decir que echaran sus cenizas al mar, al Ebro o a donde fuera. Nosotros sabíamos que no le importaba demasiado lo que se hiciera con sus restos”. Y añade: “Sería absurdo ahora querer santificar la memoria de Luis Buñuel. Él era una persona, por encima de todo, muy normal, y que igual pudo hacer cine que otras cosas. Es su personalidad, con todos sus matices, lo que más merece recordarse”.
Al menos sabemos quién no las tiene:
No estuve en la [funeraria] Gayosso de Félix Cuevas donde fue velado y más tarde llevado a la cremación. Mejor así, porque siempre prefiero conservar viva la imagen de los seres queridos, pero poco después leí en un recorte de un periódico de Santander, España, enviado por mi padre, que “el escritor santanderino José de la Colina, amigo personal de Buñuel, se llevó la urna con las cenizas a un lugar que se ha mantenido en secreto”. Casi oí al reciente fantasma de don Luis: “Pero, De la Colina, ¿va usted a guardar mi polvo como una reliquia? ¡Tírelo usted en cualquier terreno baldío, y que al menos sirva de abono!”.
José de la Colina (10-1-2011)
Un gran admirador suyo apunta un paradero consensuado:
Mire usted, conozco todas las películas de Buñuel. Si no se nota en las mías se debe a que puedes ser influido por Bergman, puedes tomar esto o aquello de Fellini, puede influirte Kurosawa, etcétera. Pero Buñuel… Está en la estratosfera, está en otro planeta, no hay manera de que te influya porque es un genio demasiado perfecto. Pero aguarde… pensándolo bien, quizá sí que haya influido, por ejemplo, en David Lynch.
Woody Allen (5-12-2003)
Resumiendo. Posibles lugares donde están el carbono y el calcio de Buñuel:
Lugar 1:
Donde él quería: “Arrojadas en cualquier parte”:
Me sentí muy impresionado por el testamento de Sade, en el que pide que sus cenizas sean arrojadas en cualquier parte y que la Humanidad olvide sus obras y hasta su nombre. Desearía poder decir lo mismo de mí. Encuentro falaces y peligrosas todas las ceremonias conmemorativas, todas las estatuas de grandes hombres. ¿Para qué sirven? Viva el olvido. Yo solamente veo dignidad en la nada.  
Luis Buñuel (Memorias)
Lugar 2:
Parque Nacional Desierto de los Leones, al Sur de la Ciudad de México. Es la ubicación más probable.
Lugar 3:
Parroquia Universitaria del Centro Universitario Cultural de los dominicos en México, con dos direcciones apuntadas:
Lugar 4:
Iglesia de Santo Domingo de Guzmán. Calle Republica de Brasil, Centro, Cuauhtémoc, 06010 Mexico City, Distrito Federal, México. (Ver también Enlace 2).
Lugar 5:
Domicilio de Rafael Buñuel. 8903 Rangely Ave. West Hollywood, CA 90048-1718
Lugar 6:
La estratosfera. Muy alto.

Sin embargo, en junio de 2012, los hijos de Luis Buñuel, Juan Luis y Rafael, aportan un documento firmado por ellos en el que afirman que las cenizas de su padre están esparcidas en el monte Tolocha, a 4 kilómetros de Calanda, el municipio natal del director, en el término municipal de Foz-Calanda, desde 1997:
 “A raíz de un viaje de Rafael a México D.F., Jeanne [viuda del director] le entregó las cenizas de Luis Buñuel para que se las llevara a Los Ángeles. Rafael cumplió con el deseo de su madre, trasladando las cenizas en una caja de cartón con el fin de evitar problemas en la aduana”. La misma caja en la que los restos del artista regresaron a España años después, con meta en Calanda.
Antonio Lucas, El Mundo (18-6-2012; dato corregido en la Wikipedia)
Monte Tolocha
Ahora sólo queda interrogar al padre Julián, cosa que está dispuesto a hacer Javier Espada, director del Centro Buñuel de Calanda, próximamente. Quizás la tesis del reparto de los restos no sea tan descabellada:
Consciente de la polémica, el director del Centro Buñuel de CalandaJavier Espada, ha verificado la versión de la familia y ha explicado que el fin de semana viajará a México, donde aprovechará para reunirse con el cura Julián Pablo. Uno de los objetivos es saber por qué sostiene que él conserva los restos de Buñuel.
Consultado Javier Espada acerca de la respuesta del sacerdote, nos informa de que continúa manteniendo su versión acerca de la ubicación mexicana de las cenizas. Oficialmente, el caso está cerrado con la declaración de los hijos. Pero nunca se sabe...

Fernando Fernán Gómez. Filmografía como director

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Publicado el 20 febrero, 2012 por Antonio Tausiet


Fernando Fernán Gómez dirigió 26 películas, entre 1953 y 2000. La primera y la última fueron codirigidas: Manicomio, junto a Luis María Delgado; y Lázaro de Tormes, terminada por José Luis García Sánchez. He conseguido ver 22, puesto que hay 4 de difícil localización, que dejo sin puntuar.
La conclusión a la que se llega después de ver todas estas películas es que Fernando Fernán Gómez era un director de segunda fila, la mayor parte de cuya filmografía está formada por obras malas o muy malas. Su buen trabajo como actor y escritor le dio una fama justificada en España, pero la labor de realizador de cine no le coloca entre la lista de los mejores, de ningún modo.
Presento la lista de las 26 películas, con un pequeño texto explicativo.

1954 Manicomio
Codirigida con Luis María Delgado, cuenta con la interpretación de Fernán Gómez. Adapta cuatro relatos: El sistema del doctor Alquitrán y el profesor Pluma, de Edgar Allan Poe (que es la columna vertebral de la trama), Una equivocación de Aleksandr Ivanovich Kuprin, El médico loco de Leonid Andreiev y La mona de imitación de Ramón Gómez de la Serna. Los locos intercambian sus papeles con los loqueros. Alterna comedia y drama.
1955 El mensaje
“Decidí hacer una película casi infantil y de aventuras, enmarcada en un marco histórico”. Ambientada en la Guerra de la Independencia. Fernán Gómez ostenta uno de los roles protagonistas.
1956 El malvado Carabel *
Basada en una novela de Wenceslao Fernández Flórez, trata de un individuo (Fernán Gómez) que decide comportarse de modo malvado tras ser despedido del trabajo y abandonado por su novia. Comedia infumable sin valor alguno, tercera de las “películas para aprender”, según su autor.
1958 La vida por delante ***
Antonio (Fernán Gómez) y Josefina (Analía Gadé) son un matrimonio joven con apuros económicos. Ingenioso desarrollo argumental del propio director (“Es una sátira de la chapuza española, pero parece tratar de otras cosas”). Su primera película de éxito.
1959 La vida alrededor ***
Continúan las aventuras de Antonio y Josefina, esta vez con un hijo y empezando a prosperar económicamente. Aún más ocurrente que la anterior, con el añadido de la esposa hipnotizadora.
1960 Sólo para hombres ***
Divertida adaptación de una obra de teatro de Miguel Mihura (Sublime decisión), trata de la incorporación de la mujer al mundo laboral a finales del siglo XIX. Misma pareja protagonista de las dos películas precedentes.
1961 La venganza de don Mendo ****
Memorable adaptación de la obra de teatro de Pedro Muñoz Seca, magnífica parodia en verso de los dramas de honor. Primera producción en color. Protagoniza Fernán Gómez.
1963 El mundo sigue **
Dramón moralista muy valorado, en torno a dos jóvenes hermanas que se odian (Lina Canalejas y Gemma Cuervo), en el marco de la miserable España franquista. Basado en una novela de Juan Antonio de Zunzunegui, no llegó a estrenarse en su día. Protagoniza Fernán Gómez.
1964 Los palomos *
Solemne chorrada en forma de comedia, basada en una pieza de Alfonso Paso. José Luis López Vázquez y Gracita Morales son acusados de un crimen por Fernando Rey y Mabel Karr. Teatro barato filmado. Primera ocasión en la que no aparece el director.
1964 El extraño viaje **
Comedia negra rural con demasiados altibajos, basada en una idea de Berlanga y valorada por la crítica. Protagoniza Carlos Larrañaga. Se estrenó 6 años después de su realización, en 1970. Sin interpretación del director.
1965 Ninette y un señor de Murcia ****
Magnífica adaptación de la obra teatral de Miguel Mihura ambientada en París, con Fernán Gómez en el papel del señor de Murcia y Rosenda Monteros como una deliciosa Ninette. Mención especial para Alfredo Landa.
1966 Mayores con reparos *
Según la obra de Juan José Alonso Millán, segunda producción en color. Comedia amorosa tonta y sin gracia, se compone de tres historias protagonizadas por Fernán Gómez y Analía Gadé, con arranque en un cabaré.
1970 Crimen imperfecto *
Película pretendidamente humorística con guión de Pedro Masó. Remedo lejano de Mortadelo y Filemón. Fernán Gómez y López Vázquez son dos detectives botarates.
1970 Cómo casarse en 7 días **
Gracita Morales y José Sazatornil protagonizan esta adaptación de la obra de Alfonso Paso. Variante cómica de Calle mayor (1956) de Juan Antonio Bardem: una solterona es engañada por un pretendiente falso. Sin intervención actoral de Fernán Gómez.
1974 Yo la vi primero
Manuel Summers protagoniza y escribe el guión junto a Chumy Chúmez y Fernán Gómez. Un adulto tiene la mentalidad de un niño de 10 años. Humor nostálgico y fracaso de público. Aparece Fernán Gómez.
1976 La querida *
Rocío Jurado es la querida, y Fernán Gómez un músico alcohólico. Con canciones de la diva. Un asco.
1977 Bruja, más que bruja
Rara película, mezcla de comedia y drama, en la línea de El extraño viaje. Con Fernán Gómez.
1977 Mi hija Hildegart **
Con Rafael Azcona al guión, adaptando la novela de Eduardo de Guzmán Aurora de sangre, que a su vez se inspira en un tremendo caso real. Una mujer izquierdista modela a su hija en los convulsos años treinta españoles. Amparo Soler Leal protagoniza este valorado pero fallido drama con cartel de Luis Eduardo Aute. Sin intervención actoral de Fernán Gómez.
1980 Cinco tenedores *
Concha Velasco y José Sazatornil regentan un restaurante. Desastrosa comedia sobre los cuernos, sin pies ni cabeza. Fernán Gómez no aparece, ni escribe el guión.
1986 Mambrú se fue a la guerra **
Un republicano escondido durante el franquismo (Fernán Gómez) reaparece a la muerte del dictador. Buen guión de Pedro Beltrán, con su carga crítica, pero dirección floja.
1986 El viaje a ninguna parte ***
Un grupo de actores de teatro, encabezado por Fernán Gómez, actúa durante el franquismo en pequeños pueblos, con la competencia del cine. Sobre un buen texto suyo, es de las películas más conocidas de su autor. Aunque coral, protagoniza José Sacristán, muy solvente.
1989 El mar y el tiempo ***
Interesante drama sobre la no pertenencia del exiliado. Escrito e interpretado por Fernán Gómez. Un madrileño vuelve a España desde Argentina 30 años después, en 1968. Entre su familia, su hermano (Fernán Gómez) y su madre, una espléndida Rafaela Aparicio.
1991 Fuera de juego *
Un grupo de ancianos de una residencia (entre ellos Fernán Gómez) forman parte de un supuesto equipo de fútbol y planean un atraco, con José Luis López Vázquez a la cabeza. Muy mala.
1994 Siete mil días juntos **
Comedia insensible, sórdida y macabra. Petra (Pilar Bardem) y Matías (José Sacristán) son un matrimonio mal avenido. Destaca Agustín González como necrófilo. El argumento -contra el matrimonio- es de Luis Alcoriza, colaborador de Buñuel. No sale Fernán Gómez.
1996 Pesadilla para un rico **
Carlos Larrañaga es un empresario adinerado que se lía con Beatriz Rico, una atractiva joven que se le muere en la cama. Guión de Luis Alcoriza, colaborador de Buñuel en ocho filmes. Fernán Gómez aparece fugazmente.
2000 Lázaro de Tormes *
Guión de Fernán Gómez sobre un monólogo escrito por él mismo, basado en el Lazarillo; interpretada por El Brujo. El personaje literario, ya adulto, justifica su vida picaresca. Terminada de rodar por José Luis García Sánchez, ante la enfermedad del autor. Tostonazo.

Cantinflas y Buñuel

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Publicado el 13 diciembre, 2012 por Antonio Tausiet


Los dos personajes más relevantes de toda la historia del cine mexicano simbolizan modos distintos de ver la vida y el arte. Sin embargo, en los veinte años que Buñuel estuvo haciendo cine en México (de mediados de los años cuarenta a mediados de los sesenta), se estrenaron veinte películas dirigidas allí por él y otras veinte protagonizadas por Cantinflas.
Ambos habían gozado de éxitos anteriores y posteriores a esa etapa. Ambos basaron su éxito en el humor, con distintas matizaciones. Y ambos fueron, como personas, alabados por quienes les trataban directamente.
Cuando Luis Buñuel llegó a México para dirigir allí su película Gran casino (1947), necesitaba formar parte de un sindicato para poder trabajar. Mario Moreno, Cantinflas, había fundado uno y se ofreció amablemente a afiliar a Buñuel, que así pudo comenzar su carrera mexicana.
Pocos años después, cuando se rodó Susana (realizada en 1950 y estrenada en 1951), los presupuestos de las películas de Buñuel seguían siendo irrisorios. El escenógrafo mexicano Gunther Gerszo lo explica así en el libro Dirección artística. Cuadernos de Estudios Cinematográficos núm. 5 (Universidad nacional Autónoma de México, 2005):
Recuerdo que en 1983, cuando trabajé en Bajo el Volcán (John Huston, 1984), que fue mi regreso al cine después de veinte años de retiro, vinieron periodistas de todo el mundo, y un alemán que sabía que yo había trabajado con Buñuel me preguntó cómo había concebido la escenografía para la película Susana. Se desencantó cuando le dije que nada había sido diseñado especialmente para esa película, porque no teníamos presupuesto. La hacienda que aparece en Susana es la de la película El siete machos (Miguel M. Delgado, 1951), que poco antes yo mismo había hecho para Cantinflas.
La crítica cinematográfica ha abundado en la única escena que a Buñuel le parecía interesante de esa película, cuando los dos jóvenes se esconden en el pozo del patio para no ser vistos, escena inspirada en la Cueva de Montesinos del Quijote, en la que se da la fusión entre imaginación y realidad tan del gusto de Buñuel. Atendiendo a lo que cuenta Gerszo, Susana seduce al hijo del patrón en un lugar que no habría existido si no se hubiera preparado así para la película de Cantinflas. La cual, curiosamente, está escrita por Luis Alcoriza, el mismo guionista que colaboró con Buñuel en varios de sus filmes.
Gunther Gerszo colaboró con Buñuel en Susana (1950), Una mujer sin amor (1951), El bruto (1952) y El río y la muerte (1954). También, como cuenta, en películas de Cantinflas, dirigidas por Miguel M. Delgado: El supersabio (1948), El mago (1949), El siete machos (1951) y un buen puñado más.
Hay un continuo trasvase de actores entre los filmes de ambos, como no podía ser de otro modo: Miroslava Stern, la protagonista de Ensayo de un crimen (Luis Buñuel, 1955), aparece en A volar, joven (Miguel M. Delgado, 1947), cuyo reparto encabeza Cantinflas. Silvia Pinal, la protagonista de Viridiana (Luis Buñuel, 1961), le da la réplica a Cantinflas en El portero (Miguel M. Delgado, 1950). Andrés Soler figura en el reparto de El gran calavera (1949) y El bruto (1952), ambas de Buñuel, así como en Si yo fuera diputado(1952), dirigida por Delgado y protagonizada por Cantinflas. Rosita Arenas es el mismo año la Meche de El bruto (Buñuel, 1952) y la Chelito de El señor fotógrafo (Delgado con Cantinflas, 1953). Arturo de Córdova, el paranoico protagonista de Él (Luis Buñuel, 1953) aparece con un papel similar en el reparto de Ama a tu prójimo (Tulio Demicheli, 1958), película que cuenta también con Cantinflas. Lilia Prado, la viajera en el autobús de Subida al cielo (Luis Buñuel, 1951) y en el tranvía de La ilusión viaja en tranvía (Luis Buñuel, 1953) y la mujer ingenua de Abismos de pasión (Luis Buñuel, 1953), es la pareja de Cantinflas en El analfabeto (Miguel M. Delgado, 1961). Alma Delia Fuentes, Meche en Los olvidados (Luis Buñuel, 1950) es la partenaire de Cantinflas en El extra (Miguel M. Delgado, 1962). Claudio Brook, reverendo en La joven (Luis Buñuel, 1960), mayordomo en El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962), anacoreta en Simón del desierto (Luis Buñuel, 1965) y obispo en La Vía Láctea (Luis Buñuel, 1969), le da la réplica a Cantinflas en Entrega inmediata (Miguel M. Delgado, 1963). Hay otros casos de actores secundarios que aparecen en las filmografías de ambos, pero la lista mostrada ya da una idea de los cruces de actores entre sus películas.
Pero ahí no acaba la cosa. José Ortiz, el director de fotografía de Susana y La hija del engaño (ambas de Luis Buñuel, 1951), también lo fue de El siete machos (Miguel M. Delgado, 1951) y de Si yo fuera diputado (Miguel M. Delgado, 1952), las dos de Cantinflas.
Todo este texto ha sido redactado para los pocos lectores que lleguen hasta este párrafo final: aquí es donde queda todo aclarado. Buñuel y Cantinflas no tienen absolutamente nada que ver, como es obvio. Buñuel era un artista, un intelectual, una persona con la mirada tamizada por su educación política, su formación en humanidades. Alguien con sólidas bases para crear un universo propio que ha sido valorado unánimemente por todas las personas preparadas que se han acercado hasta él. Un poeta del cinematógrafo, un notario del alma humana, un personaje histórico de relevancia inconmensurable. Cantinflas fue un cómico ingenioso, el representante del sentir popular de un México inculto, sin datos, sin elaboración. El humor de Buñuel atraviesa las capas superficiales para instalarse en el subconsciente, para retar al espectador, para modificarlo. El humor de Cantinflas sirve para reír un rato y volver a comer y a dormir y a comprar y a ver cómo el mundo sigue rodando sin que pase nada, ni por dentro ni por fuera del individuo. La revolución contra la desidia.

Los dos documentales bélicos de Buñuel

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Publicado el 13 enero, 2013 por Antonio Tausiet


Desde la oficina de propaganda en la que trabajaba Luis Buñuel en París como agregado cultural para la República durante la guerra civil española, éste produjo y supervisó dos filmes documentales: Espagne 1936 y Espagne 1937. Ambos pertenecen al género llamado compilation film o “cine de montaje”, documental integrado por imágenes de otras filmaciones, casi siempre noticiarios, unidas de tal modo que adquieren una nueva dimensión. Y los dos son obra de Luis Buñuel, que se encargó de desmentirlo cada vez que le preguntaban por ello, sin tan siquiera aclarar a sus entrevistadores que no se trataba de una, sino de dos películas diferentes.
Fueron ideados para dar a conocer la situación del país tras sufrir el ataque fascista contra la democracia dirigido por Franco y apoyado por Hitler y Mussolini, y recabar la mayor ayuda internacional posible. La Subsecretaría de Propaganda proporcionó a Buñuel el material, en parte procedente de la embajada soviética en París.
Durante más de medio siglo, se ha creído que estos dos mediometrajes eran uno solo, con distintas denominaciones. Este error se puede rastrear en decenas de publicaciones, como por ejemplo el detallado estudio de Magí Crusells La producción de Luis Buñuel a favor de la causa republicana (revista Film Historia, nº 3, 2006). Las investigaciones de Inmaculada Sánchez Alarcón, Wolf Martin Hamdorf, Paul Hammond y Román Gubern han dejado claras sus características y existencia separadas.
Ambos filmes se conservan en la Filmoteca de Moscú, donde fueron consultados por Natalia Nussinova en 1989 (España-36 ¿Es una producción de Luis Buñuel?, artículo publicado siete años después en la revista Archivos de la Filmoteca, nº 22, 1996), primera ocasión en la que se aclaraba que se trataba de dos películas distintas. Habían llegado de Berlín en 1945 (derrota de Hitler por parte de la Unión Soviética), procedentes de París en 1940 (invasión nazi de Francia).

El papel relevante de los comunistas en la creación y difusión del arte, la cultura y el pensamiento occidentales del siglo XX ha quedado oculto tras una cortina de silencio y olvido. La coordinación efectuada desde Moscú de todos los partidos comunistas, que en espíritu y en la práctica eran uno solo, fue efectuada por la llamada Internacional Comunista o su abreviatura rusa, Komintern. Se decidían estrategias comunes y los miles de activistas antifascistas trabajaban en un proyecto conjunto de liberación y justicia social.
Luis Buñuel nunca se mostró interesado en aclarar los pormenores de sus actividades para el Partido Comunista y el gobierno de la República de España, por su carácter de secretas y de efectuadas en un contexto bélico, además de las posibles represalias que esto podría suponer para su familia en España, y para él mismo en los Estados Unidos. Respecto a su filiación comunista, el cineasta se adhirió a principios de los años treinta, sin carné pero con pleno apoyo y convencimiento. “Fui una vez a una reunión y no volví. Me aburría tremendamente. Ahora, eso sí, cerca de ellos. A su lado. Porque son los únicos que tenían razón.” (Conversaciones con Buñuel, Max Aub, 1984).
Inmaculada Sánchez Alarcón, en su estudio sobre La labor de las organizaciones del Frente Popular (revista Secuencias nº 20, 2004), resalta la importancia del Partido Comunista, que lideró todo el movimiento cultural asociado al Frente Popular y realizó la labor más intensa de producción cinematográfica. La difusión que se dio a estas obras fue principalmente entre la militancia del Partido Comunista Francés y las personas afines, en los círculos de exhibición alternativos. Los contactos entre la representación en París de la democracia española y el PCF eran estrechos.
La misma investigadora ha demostrado en su libro La Guerra Civil Española y el cine francés (2005) que las dos películas fueron producidas por la República de España a través de la oficina dirigida por Buñuel.

Según mi propia teoría, los dos textos finales en francés de los comentarios de estas películas son obra de Luis Buñuel, cuya concisión y huida del artificio literario y esteticista han sido bien probadas en su extensa filmografía. En el caso de Espagne 1936, hay un consenso en atribuirle la redacción final del texto de Pierre Unik. En el caso de Espagne 1937, las tesis van desde la ausencia total de Buñuel en la producción (demostradamente errónea, por cuanto era el encargado oficial de supervisarla) hasta la de su implicación absoluta (más que probable atendiendo a su carácter y convicciones), pasando por la de su no intervención en la redacción del comentario leído, pero sí en la producción. Es necesario recordar que Buñuel renegó siempre de la autoría de sus películas de encargo, hasta que el sistema de producción mexicano le obligó a evidenciarla a partir de 1947.
Luis Buñuel ya había realizado en 1932 el documental social Tierra sin pan, y entre sus películas posteriores podemos encontrar una trilogía comunista francesa: Así es la aurora (1955), La muerte en el jardín (1956) y Los ambiciosos (1959).
En “Espagne 1926” y “Espagne 1937”: propaganda para la República (Luis Buñuel y la guerra civil española)artículo publicado por Wolf Martin Hamdorf (revista Secuencias, nº 3, 1995), consta que parte de los materiales utilizados para crear estas películas fueron fragmentos de imágenes rodadas por Roman Karmen (1) para los noticiarios soviéticos; de reportajes de la CNT; y del noticiario republicano España al día, el primer informativo audiovisual español, producido en Barcelona. Román Gubern y Paul Hammond aseguran en su libro Los años rojos de Luis Buñuel (2009) que la mayor parte del metraje de Espagne 1936 está, no obstante, extraído de noticiarios franceses de la época.
Hamdorf añade que la importancia de estas obras reside en que se trata de “uno de los primeros ejemplos del cine de montaje bélico, un género que tendría su mayor auge durante la Segunda Guerra Mundial”.
Estas son las dos producciones, en detalle:

Espagne 1936 (1937) 33 min.

Con comentario escrito por el poeta Pierre Unik (2) y rematado por Luis Buñuel; montaje de Jean-Paul Le Chanois (3); y supervisión general de Luis Buñuel, jefe de producción. La locución está atribuida a Gaston Modot, el protagonista de La edad de oro (1930). Está producida por el Ministerio de Propaganda de la República española en la oficina de propaganda de la embajada española en París y distribuida en España por Film Popular, empresa del PCE, y en Francia por Ciné-Liberté (cooperativa del Partido Comunista Francés). También llamada en ocasiones España leal en armas y Madrid 36.
Se realizaron versiones francesa y española, y después de 1945 hubo otra italiana. Se estrenó en el Studio Pallas Athenée de París el 8 de marzo de 1937 y en el cine Actualidades de Madrid el 8 de junio de 1937. La Filmoteca Española conserva ejemplares de las versiones francesa e italiana.
En su arranque, se autodenomina “Un gran reportaje cinematográfico”. Comienza con la caída, mediante rotación de la imagen, de la estatua de Felipe III de la plaza mayor de Madrid. Es una alusión al fin de la monarquía y una cita de Octubre (Sergei M. Eisenstein, 1928).
La represión de la Revolución de Asturias de 1934, la victoria del Frente Popular en 1936 y los avances implementados en pocos meses, sirven de rápido preámbulo al relato del inicio de la guerra civil. A mitad de documental, se denuncia la política de no intervención de Inglaterra y Francia, en contraste con el apoyo de Alemania e Italia a los rebeldes fascistas. Se destaca la conversión de las milicias en el Ejército Popular y se muestra la bienvenida a las Brigadas Internacionales.
El tono general es pausado y poético. Al final se van acumulando las imágenes de destrucción y mujeres y niños muertos, para acabar preguntando “¿Cuándo terminará esta monstruosa guerra que pone en peligro la paz en Europa?”. Y termina con una alegoría republicana: una joven vestida de negro sujetando la bandera mientras suena el himno de la República.
Aparecen imágenes de personajes relevantes de ese momento histórico, como Francisco Largo Caballero (presidente del gobierno), Dolores Ibárruri (presidenta del Partido Comunista), Francisco Álvarez de Vayo (ministro de Asuntos Exteriores) o Buenaventura Durruti (destacado anarquista).
Se proyectó, entre más de cuarenta películas, en el pabellón de España de la Exposición Internacional de París de 1937, cuyo programador cinematográfico, las dos primeras semanas de sus siete meses de duración, fue Luis Buñuel.

Espagne 1937 (1938) 33 min.

Secuela del filme anterior. Idea original y comentario escrito por Juan Vicens (4). Se desconoce quién efectuó el montaje, supervisado por Buñuel, jefe de producción como en Espagne 1936. La música pertenece a las sinfonías Séptima y Octava de Ludwig van Beethoven. Se realizaron versiones española, francesa e inglesa. La censura francesa no la aprobó y no fue distribuida.
Fue producida por el Comité Internacional de ayuda al Pueblo Español -organización comunista con sede en París-, para el Servicio Cinematográfico de la Subsecretaría de Propaganda del Ministerio de Estado de la República de España, a través de la Delegación de Propaganda Española en París.
El investigador Jay Leyda localizó la película en la Filmoteca de Berlín oriental en 1966, aunque la identificó erróneamente como España 1936.
El tono general es más acelerado que el de su predecesora, y la sucesión de imágenes es comentada de un modo algo más neutro y enérgico.
No obstante, Hamdorf encontró un rollo de la versión española del documental, en el que se escucha un comentario más denso y literario que en la copia francesa, única que se conserva completa. Como ejemplo, podemos comparar dos fragmentos. Del original español:
En el campo se prolonga la ciudad. La sublevación arde en todos los horizontes, las labores agrícolas siguen su curso como algo superior a las tragedias de los hombres. Pero los campesinos, inclinados sobre la madre Tierra, sienten a lo lejos el zumbido del cañón. Como para el proletariado de las ciudades, la guerra es una amenaza también para ellos. Están preparados, alternan con armas y arados la guerra y la paz.
Y en la copia francesa:
El campesino oye el ruido lejano de los cañones. También para él la rebelión militar es una amenaza. Mientras conduce el arado, además lleva su fusil.
La tesis de Gubern y Hammond es que Pierre Unik, autor del texto de Espagne 1936, reelaboró el comentario de Juan Vicens, condensándolo en francés hasta conseguir un resultado más desideologizado, en la línea del primer documental. Sin embargo, parece que la versión final francesa es una concisa redacción de Luis Buñuel, resumiendo el florido texto de su amigo Vicens.
Comienza con unos párrafos escritos encabezados por su propia definición: “Documental sobre los sucesos en España durante el primer año de guerra civil”.  De nuevo se relatan los antecedentes de la victoria del Frente Popular y el estallido y desarrollo de la guerra civil. Esta vez añadiendo batallas producidas desde la realización del anterior audiovisual. Se otorga gran relevancia a las campañas a favor de la cultura del gobierno y se pondera la labor de las mujeres.
Los cuatro logros que asegura haber conseguido el bando republicano durante 1937 son la instrucción, la disciplina, el mando único y el material de guerra. Es decir, lograr configurar un ejército regular a partir de unas milicias.
En contraste con las horribles imágenes de cadáveres de niños que aparecen en el tramo final de Espagne 1936, aquí se nos muestran niños vivos y felices, mientras escuchamos: “Se debe salvaguardar la vida de los niños. Es por ellos por lo que lucha el pueblo y serán para ellos los frutos de la victoria. Por eso sonríen. Ellos son el porvenir”. Incluso se añade más adelante: “La República vela por la vida de los hijos de sus enemigos”.
Para finalizar, mientras vemos el escudo oficial de la República de España, escuchamos: “Es por el porvenir y la paz en Europa por lo que España vierte su sangre”.
Se pueden ver planos en los que aparecen personalidades como Niceto Alcalá Zamora (presidente de la República antes del Frente Popular); Diego Martínez Barrio (presidente provisional de la República en 1936); Lluís Companys (presidente de la Generalitat de Cataluña); Manuel Azaña (presidente de la República); el general republicano José Miaja y su comisario político Francisco Antón.
La versión en francés de este documental se conserva entre los fondos audiovisuales del Partido Comunista Francés, gestionados por Ciné-Archives. Desde 2013 y por vez primera está subtitulado en castellano y disponible para su difusión entre los hispanohablantes, un trabajo que he realizado yo mismo.

El subtitulado de Espagne 1937
Tras consultar los diferentes estudios acerca de estas dos películas, me dispuse a verlas. En el caso de la primera, mucho más difundida tanto en su día como en la actualidad, no ha sido difícil localizarla subtitulada en castellano. No obstante, Espagne 1937 sólo estaba disponible en su versión francesa sin traducir, en los archivos del Partido Comunista Francés. Nunca se había mostrado al público hispanoparlante. Ni en su día, que no conoció ningún estreno en España, ni hasta 2013, fecha en la que he terminado el trabajo que nos ocupa.
Pese a mis conocimientos del francés, me resultaba imposible volcar al castellano el texto de Espagne 1937 sin un apoyo escrito. Afortunadamente, he podido conseguir un ejemplar de la revista Jeune cinema, nº 225, de enero de 1994, donde Lucien Logette transcribe todo el comentario del filme (aunque lo confunde en todas sus atribuciones técnicas con Espagne 1936).
Comparando la película con su transcripción, he observado numerosas erratas y omisiones, que he corregido para los subtítulos en castellano. Una vez incrustados éstos en el archivo localizado (que lamentablemente tiene grabado un contador de tiempo algo molesto), pongo mi trabajo a disposición de todos los interesados. Agradezco al profesor Guillermo Fatás sus observaciones sobre el texto.

NOTAS BIOGRÁFICAS
(1) Roman Karmen (1906-1978)
Director de cine soviético. Autor de los documentales más importantes del cine ruso. Junto a su ayudante Boris Makaseiev, filmó las mejores imágenes de la guerra civil española y dirigió numerosas películas sobre asuntos bélicos relacionados con la revolución.
(2) Pierre Unik (1909-1945)
Poeta surrealista y periodista comunista francés. En 1933 trabajó junto a Luis Buñuel en el guion y la producción del documental Tierra sin pan (Las Hurdes) y en 1936 participó en la creación de la película La vie est à nous de Jean Renoir. Fue detenido por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y falleció en 1945 al tratar de escapar de un campo de concentración.
(3) Jean-Paul Le Chanois (1909-1985)
Prolífico director francés de cine y teatro, miembro del Partido Comunista y activo sindicalista. En 1936 participó en la creación de la película La vie est à nous de Jean Renoir. Pese a pertenecer a la Resistencia, trabajó en una productora alemana durante la ocupación.
(4) Juan Bautista Vicens de la Llave (1895-1959)
Ingeniero y hombre de letras zaragozano, afiliado al Partido Comunista. Compañero y amigo de Buñuel, Lorca y Dalí en la Residencia de Estudiantes. Organizó la red de Bibliotecas Populares de la República y fue responsable de la Librería Española de París. Exiliado en México, murió en Pekín, donde trabajaba como técnico en la radio, enviado por el PCE.

Alain Resnais. La libertad

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Publicado el 18 marzo, 2013 por Antonio Tausiet


La Nouvelle vague fue un hito esencial en la historia del cine. Un grupo de cineastas franceses decidió a finales de los años 50 que había que empuñar el arma de la libertad, tanto en la forma (autoría artística del director) como en el fondo (realismo). Eran antiacademicistas y se llamaban François Truffaut, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Éric Rohmer, Claude Chabrol, Louis Malle…
Alain Resnais (1922-2014) está hoy considerado uno de ellos, pese a que en aquellos años se le encuadró en la corriente Rive gauche (con Agnès Varda y Chris Marker), más vanguardista, literaria y elaborada. En un sentido amplio, también Nouvelle vague: cine de autor francés de la segunda mitad del siglo XX.
Después de realizar 17 cortometrajes entre 1936 y 1948, Resnais empieza a ser reconocido con Van Gogh (1948), que forma parte de un total de 9 cortos más, antes de realizar su exitoso primer largo, Hiroshima mon amour (1959). De esos 9 cortometrajes, están disponibles hoy para su visionado 7 de ellos –los inencontrables son Goya, fragmento del documental Pictura (1951) y Le mystère de l’atelier quinze (1957), codirigido con André Heinrich-. Los 7 son del género documental.
Alain Resnais cuenta con 20 largometrajes muy distintos entre sí, desde el mítico Hiroshima mon amour, de 1959, hasta Aimer, boire et chanter, de 2013. Además, desde 1967 ha participado en tres proyectos conjuntos y ha realizado un mediometraje documental. Pese a ser un realizador de marcada autoría, tiene la peculiaridad de no rodar nunca textos propios. Esta es la lista comentada de la filmografía del director de cine francés amante del teatro, del que se ha dicho que sus temas favoritos son el amor y la memoria.

Selección de cortometrajes 1948-1958
1948 Van Gogh
Considerada la primera película profesional de Resnais. Documental en blanco y negro de 20 minutos sobre la vida de Vincent van Gogh, utilizando exclusivamente imágenes de sus cuadros. Con un manejo excelente del montaje y el uso de la banda sonora, es el primero de tres cortometrajes sobre pintura contemporánea y fue premiado con el Oscar. Según Resnais, se trataba de “explicar la vida imaginaria del pintor a través de su pintura”.
1950 Guernica
Codirigido con Robert Hessens, ilustra un poema de Paul Éluard con imágenes de cuadros de Pablo Picasso. Su indudable fuerza procede del texto, pero también de la música y el montaje, como en el caso anterior. Denuncia del fascismo y la guerra; apología del compromiso político y el amor.
1950 Paul Gauguin
Con el mismo método de trabajo de los dos anteriores cortos, seleccionando y seccionando cuadros del autor para acompañar un texto leído, en este caso autobiográfico del propio Gauguin. Con menos fuelle pero también fascinante.
1954 Les statues meurent aussi
Repaso teórico y poético al arte africano, que deriva en denuncia política del colonialismo y el racismo. Pero por encima de todo, arrasadora plasmación de la evidencia de la lucha del arte contra la muerte. Recitado y editado con un ritmo veloz. Guion de Chris Marker, que también codirige este documental, prohibido 10 años por su contenido crítico.
1955 Nuit et brouillard
Documental encargado en Francia por el Comité de Historia de la II Guerra Mundial. Narra y muestra por vez primera las atroces realidades de los campos de exterminio nazis. Usa imágenes de archivo y otras en color del estado de los edificios diez años después de la liberación. El texto leído en off fue escrito por Jean Cayrol, poeta superviviente de uno de los campos. El título (Noche y niebla) se refiere al así llamado decreto nazi de desaparición de personas de 1941. El cortometraje, dirigido con mano calmada y tensa, constituyó un acontecimiento.
1956 Toute la memoire du monde
Reportaje de 20 minutos en blanco y negro sobre la Biblioteca Nacional de París, encargo de ésta. La cámara se mueve con arte por el edificio, mientras se nos cuentan sus peculiaridades mediante un texto de Jean Cayrol, autor también de las palabras del filme anterior. Reflexión acerca del conocimiento y la memoria. Como curiosidad, el libro cuya trayectoria seguimos lleva en su portada la foto de Lucía Bosé.
1958 Le chant du styrène
El plástico doméstico es el protagonista de este ejercicio de estilo en color, estéticamente bello y puramente informativo. La industria de plásticos Péchiney encomienda a Resnais un reportaje sobre su producto, y éste juega a contarnos la vida del plástico estireno en orden inverso, con un texto en verso del poeta patafísico Raymond Queneau. Entretenido.

Filmes 1959-2013
1959 Hiroshima mon amour
Resnais pide un guion a la activista intelectual Marguerite Duras sobre Hiroshima y ésta escribe un estudio acerca de los sentimientos extremos. Aclamada película y con razón. Desentraña poéticamente la locura del amor, con maestría de texto, actuación e imágenes en blanco y negro. Catorce años después de la explosión, una francesa y un japonés se encuentran en Hiroshima y sufren una aventura pasional que desata en ella recuerdos arrasadores. Incluye al inicio imágenes crudas de denuncia de la guerra. La música pone el toque de agobio imprescindible.
1961 L’annèe dernière à Marienbad
Con una factura impecable, con un León de oro en Venecia, con un guion insufrible y con un punto de vista esteticista y distante sobre el amor. Un hombre y una mujer de la alta sociedad se reencuentran en un hotel lujoso un año después. Pesadísima; el escritor Alain Robbe-Grillet, teórico del nouveau roman,  pretende acercarnos a los sentimientos de sus personajes a través de automatismos. Experimento fallido.
1963 Muriel ou le temps d’un retour
Última entrega de la llamada «trilogía de la memoria». Filme en color montado a modo de collage. Una mujer madura invita a su casa a un antiguo conocido con el que mantiene una relación de amor y odio. Todo mezclado con recuerdos atroces de la Argelia colonizada. Escrita por Jean Cayrol, autor de los textos de los cortos de 1955 y 1956. Experimento fallido, aunque menos que el anterior.
1966 La guerre est finie
Guion autobiográfico de Jorge Semprún, comunista antifranquista que años después sería ministro socialdemócrata. Filme político en blanco y negro, provocó las iras de la dictadura. Yves Montand es Diego, un refugiado español en París que trabaja en misiones del partido y cae en el desencanto. Muy buena.
1967 Loin du Vietnam (segmento Claude Ridder)
Documental en color de dos horas que se hacen eternas, sobre la Guerra de Vietnam, contra la agresión estadounidense. Contiene importantísimas filmaciones, como la razonable defensa de Fidel Castro de la lucha armada. Es un producto de Chris Marker, que coordina el trabajo de otros seis realizadores: William Klein, Claude Lelouch, Joris Ivens, Agnès Varda, Jean-Luc Godard y Alain Resnais. La tesis general es que se trata de una guerra de ricos contra pobres, mientras que la población occidental asiste al espectáculo desde lejos. Aunque los fragmentos de que consta no están firmados, el aportado por Resnais es Claude Ridder, un interesante, tenso y pedante monólogo intelectual en el que un actor encarna la voz de la mala conciencia, mientras una morena le escucha sin rechistar.
1968 Je t’aime je t’aime
Claude Ridder (mismo nombre que el personaje del filme anterior) es un hombre realmente atribulado. Y a medida que la trama de esta película avanza, consigue contagiarnos su agobio mediante uno de los trucos de Resnais: el montaje sin sentido. El guion es de Jacques Sternberg, novelista que usa aquí el armazón de la ciencia-ficción como excusa para mostrar los mecanismos de la memoria y de las relaciones de pareja. Lástima que entre el escritor y el cineasta se las arreglen para acabar desinteresándonos, por mucho viaje en el tiempo que nos muestren.
1973 L’an 01 (segmento Séquence de New York)
Adaptación en blanco y negro de una serie de humor gráfico anarquista creada por Gébé. Dirigida por Jacques Doillon; Alain Resnais y Jean Rouch aportan dos episodios independientes. El título hace referencia al primer año de abandono consensuado de la economía de mercado por parte de los ciudadanos franceses y luego los europeos. El episodio dirigido por Resnais se centra en las consecuencias en Estados Unidos de este suceso utópico: suicidios de ejecutivos y alegría de la población. El de Rouch muestra las reacciones en Níger. Película simpática.
1973 Stavisky
Nuevo guion de Jorge Semprún, esta vez para relatar las andanzas de un timador de altos vuelos alrededor del cual gira todo un mundo de corrupción política, en la Francia de los años 30. Aparece Trotsky en su asilo francés, se representa Coriolano de Shakespeare (que fue prohibido en Francia por aquellos años debido a su uso por los fascistas) y  es nombrado el célebre jefe de policía ultraderechista Chiappe, el mismo que censuró La edad de oro de Luis Buñuel. Protagoniza Jean-Paul Belmondo en un papel comparable a los de Al Pacino en El padrino y en Scarface. Muy buena producción en color con fuerza interior (“¿Hay algo peor que tener un padre pusilánime?”), aunque tachada de aséptica por la crítica.
1977 Providence
La ironía descarnada, casi el cinismo. Eso es esta película en inglés, en color y experimental, en la que vemos cómo las cosas que suceden son la obra de un anciano escritor que interviene también en la trama. Conflictos morales y familiares, con Dirk Bogarde, John Gielgud y una extraña serie de dobles para casi todos los personajes. El universo de H. P. Lovecraft, convertido en guion por el dramaturgo David Mercer, sirve a Resnais para asentar un nuevo estilo propio: el drama humorístico intelectual.
1980 Mon oncle d’Amérique
Lúcida disección del comportamiento humano. Resnais cuenta que la estructura del filme consiste en poner en evidencia la parte didáctica, mostrar en vez de ocultar. Así, aparece Henri Laborit, el investigador inspirador del guion, explicando los comportamientos de los personajes de ficción. Premio del Jurado en Cannes, éxito de crítica y público. Película de dos horas, en color, con Gérard Depardieu.
1983 La vie est un roman
Sobre la didáctica, el amor y la utopía. Escrita por el mismo guionista que la anterior, Jean Gruault, carece del interés que aportaban a la otra el doctor extravagante y sus tesis. Aquí se suceden escenas más o menos ingeniosas para construir un nuevo drama humorístico intelectual, pero sin fuelle y con cancioncillas. Actúa el gran Vittorio Gassman, aunque no se luce.
1984 L’Amour à mort
Interesante película religiosa sobre el amor y la muerte (la traducción del título es “El amor a muerte” y no “El amor ha muerto”). Última de la trilogía escrita para Resnais por Gruault. En este caso, totalmente seria. Un hombre obsesionado por la muerte ama con pasión a una mujer que le corresponde. Se fija un reparto que perdurará en la filmografía de este director: Sabine Azéma, Pierre Arditi y André Dussollier.
1986 Mélo
Teatro filmado. Sobre una obra de principios del siglo XX, muy inteligente y sensible. Una mujer se enamora del amigo de su marido. De nuevo aparecen el amor y la muerte. Repiten los actores de la anterior.
1989 I Want to Go Home
Rodada en inglés, escrita por el dibujante Jules feiffer, con el humor gráfico como soporte y la vejez como tema principal, además de las diferencias culturales entre EE. UU. y Francia. El actor protagonista es Adolph Green, letrista de temas como New York, New York. Aparece también Gérard Depardieu. Producto raro y desigual, al estilo de La vie est un roman.
1991 Contre l’oubli (segmento Pour Esteban Gonzalez Gonzalez, Cuba)
Participación de Resnais en una reunión de cortometrajes sobre presos políticos producida por Amnistía Internacional. Su caso es el de un contrarrevolucionario cubano. No me ha sido posible su visionado.
1992 Gershwin
Mediometraje documental para la televisión, que repasa la carrera del músico George Gershwin mediante entrevistas e insertos pictóricos.  No me ha sido posible su visionado.
1993 Smoking/No Smoking
Ejercicio de estilo de casi cinco horas consistente en representar la vida sentimental de nueve personas mediante la única actuación de dos actores, mostrando varias tramas alternativas. Sabine Azéma y Pierre Arditi lo hacen muy bien, pero la película, formalmente dividida en dos, no tiene casi ningún interés.
1997 On connaît la chanson
Con los tres actores habituales y un guion muy bueno de Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri, nueva película sobre relaciones amorosas y desarreglos psicológicos. El tono es desenfadado pero presenta caracteres humanos reales. La peculiaridad de que los actores interpretan canciones populares es simpática.
2003 Pas sur la bouche
Soso vodevil musical basada en la opereta homónima de 1925. Trata de un matrimonio cuyo marido cree ser el primero, pero en el que ella había estado casada antes con un estadounidense. Actúan Pierre Arditi y Sabine Azéma.
2006 Coeurs
Recuperando el nivel, nueva entrega de vicisitudes sentimentales de ciudadanos de clase media. Con los tres actores recurrentes -André Dussollier, Sabine Azéma, Pierre Arditi- y basada en la obra de teatro inglesa Asuntos privados en lugares públicos, en este caso es de tono más grave. León de plata en Venecia para el mejor director.
2009 Les herbes folles
Nuevo ejercicio de libertad, esta vez con humor. Con André Dussollier y Sabine Azéma. El título hace referencia a las hierbas salvajes que crecen entre el asfalto de las ciudades: los personajes y sus sentimientos se mueven entre la cotidianidad y la locura, que viene a ser lo mismo.
2012 Vous n’avez encore rien vu
Un grupo de actores se reúne para ver la grabación de una obra de teatro basada en el mito de Orfeo y Eurídice. Resnais reúne a su elenco habitual. Teatro dentro del cine. Actuaciones magníficas (Azéma, Arditi). Aparece Michel Piccoli. Interesante y algo cargante.
2013 Aimer, boire et chanter
Adaptación de la obra de teatro Life of Riley de Alan Ayckbourn, con quien Resnais ya colaboró en Smoking/No Smoking y Coeurs. La noticia de la próxima muerte de un conocido hace remover los cimientos de tres parejas estables. Con forma de vodevil y actuaciones impecables, una buena despedida filmográfica en torno, cómo no, al amor y la muerte.

Hayao Miyazaki: no es para tanto

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Publicado el 30 octubre, 2013 por Antonio Tausiet


El realizador japonés de dibujos animados se ha retirado a los 62 años. Repaso sus 10 largometrajes en Studio Ghibli, su productora.
Pese a la opinión generalizada acerca de la excelencia de todos sus filmes, la obra de Miyazaki es irregular, alternando verdaderas preciosidades y guiones excelentes con algunas obras de metáfora ecologista trufadas de criaturas horrendas y guerras crueles e interminables.
Por otro lado, la animación no deja de ser la que nos tiene acostumbrados a generar Japón desde la época de las series infantiles de los años setenta: algo de hieratismo y bastantes repeticiones encadenadas de dibujos. Sin dejar de reconocer que el esfuerzo de producción es considerable, y el derroche de fantasía también.

1984 Nausicaa del Valle del Viento *
Sobre una princesa guerrera. Épica (medieval/futurista) y ecologista. No está dirigida a niños pequeños. Muy buena según algunas críticas: un verdadero plomazo a mi entender, con sus gusanos gigantes y sus guerras aeroespaciales.
1986 El castillo en el cielo ***
La niña Sheeta y sus aventuras en busca de una isla suspendida en el cielo, con piratas simpáticos y paisajes hermosos. Infantil.
1988 Mi vecino Totoro ****
Dos niñas con la madre enferma descubren un espíritu del bosque. Rurales años 50. Infantil y sutil.
1989 Nicky, la aprendiz de bruja ****
Una niña de 13 años debe aprender a ser bruja y para ello monta un negocio de paquetería. Viaje iniciático a la edad adulta, para todos los públicos.
1992 Porco Rosso ****
Un aviador aventurero en los años 30. Acción y aventuras; guion con profundo mensaje humano. Distinta a las demás. Adulta. Muy buena.
1997 La princesa Mononoke **
San, princesa guerrera crecida entre lobos, intenta preservar al espíritu del bosque. Cuenta con la ayuda del protagonista, un príncipe llegado de lejanas tierras. Épica y ecologista. Adulta. Muy buena según la crítica. A mí se me hace fea y pesada, con sus monstruos y sus luchas.
2001 El viaje de Chihiro ***
La niña Chihiro y sus aventuras en un balneario para dioses japoneses. Como Alicia, viaje iniciático. Infantil. Recibió el Óscar a mejor película de animación; no es para tanto. Entretenida.
2004 El castillo ambulante ***
La joven Sophie va a visitar a un mago para deshacer un maleficio: ha sido convertida en anciana, aspecto que mantiene durante todo el metraje. Está bien.
2008 Ponyo en el acantilado ****
Una niña pez desea ser totalmente humana, por la amistad con un chaval. Dirigida al público infantil, refleja muy bien el mundo de los niños, como Mi vecino Totoro. Muy buena.
2013 El viento se levanta **
Biografía de un aviador y su relación amorosa. Adulta. Con momentos escasos de paisajes bonitos y una historia semiautobiográfica algo plana. Prescincible.

The Other Side of The Wind

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La película de Orson Welles The Other Side of The Wind, (La otra cara del viento o Al otro lado del viento) rodada entre 1970 y 1976, pero sin terminar de montar, ha visto anunciado su estreno en numerosas ocasiones (2002, 2005, 2011, 2014).

En 2015 se activó una campaña para recaudar el dinero necesario para su edición y estreno, que consiguió recaudar la mitad de lo previsto, suspendiendo de nuevo el estreno anunciado. 






Paolo Sorrentino, de lo grotesco a lo sublime

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Publicado el 7 diciembre, 2015 por Antonio Tausiet


El director y guionista italiano Paolo Sorrentino (Nápoles, 1970) va depurando su estilo brillante y amargo película tras película, llevando hasta el límite su humor, su estética exquisita y su preocupación por penetrar en el espíritu herido de sus protagonistas. Una especie de discípulo de Fellini, con su propio Mastroianni: el actor Toni Servillo, que protagoniza cuatro de sus seis filmes. Sorrentino sería un esteta si no fuese porque también dota de profundidad a su obra; sería un pretencioso en el caso de que no consiguiese lo que pretende: involucrar emocionalmente al espectador.
2001 El hombre de más (L’uomo in piu) ***
Relato de las vidas paralelas de dos hombres célebres que se llaman igual: un futbolista y un cantante melódico. Sin llegar a la excelencia de otros de sus filmes posteriores, apunta maneras.
2004 Las consecuencias del amor (Le conseguenze dell’amore) ****
Película triste sobre un hombre solitario a su pesar, que vive en una habitación de hotel durante años. Realizada con mimo y sensibilidad, como antesala a La gran belleza.
2006 El amigo de la familia (L’amico di familia) **
Un usurero y sus negocios en una pequeña población son los mimbres de esta película, tan repugnante como su protagonista. Bien realizada, bien interpretada, pero muy desagradable.
2008 Il divo ***
Impecable y muy personal recreación biográfica de Giulio Andreotti, primer ministro italiano hasta 1992. Eso sí, se hace muy pesada debido a su densidad.
2011 Un lugar donde quedarse (This Must Be the Place) ****
Un cantante de rock retirado en Dublín viaja a Estados Unidos a causa de la enfermedad terminal de su padre. Extravagante y entrañable.
2013 La gran belleza (La grande bellezza) *****
Obra maestra que recrea La dolce vita, proponiendo como personaje principal a un escritor rico y desocupado. Honda y desbordante.
2015 La juventud (Youth) ****
Inspirada en 8 y ½, presenta a dos enormes actores ya ancianos interpretando a un compositor y un realizador que pasan unos días en un balneario suizo. Excelente.

Otras filmografías:
Alain Resnais
Hayao Miyazaki
Woody Allen
Fernán Gómez
Berlanga
Federico Fellini
Francis Ford Coppola
Ridley Scott
Werner Herzog
Terry Gilliam

La caza de brujas de Hollywood

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El Comité de Actividades Antiestadounidenses (HUAC, 1938-1975) fue una comisión permanente de investigación del Congreso de los Estados Unidos, centrada en la persecución del comunismo, mediante la coacción a intelectuales, empleados públicos y políticos. El Comité obviaba la presunción de inocencia y se saltaba a la torera la Constitución. Este instrumento ultraderechista confrontaba comunismo con democracia, patriotismo, seguridad y salvaguarda de valores, aunque su razón de ser era la protección de los grupos de poder económico.

La colaboración del FBI, agencia de investigación criminal que ejerce de policía secreta, fue uno de los pilares sobre los que se sustentó la persecución. Sólo entre 1942 y 1946, fueron fichados 6.193 funcionarios sospechosos de pertenecer a organizaciones subversivas, aunque hubo un bajo porcentaje de despidos. Un ejemplo fue el de Luis Buñuel, que abandonó su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1943 y emigró a México en 1946.

Se da la circunstancia de que la Unión Soviética era un aliado de los Estados Unidos contra los nazis en la II Guerra Mundial, pero al terminar ésta fue considerada enemiga, comenzando la Guerra Fría (1947-1991).

En 1947, el Comité intensificó su acoso a los profesionales de Hollywood, para lograr sus delaciones y conseguir más publicidad mediante el impacto mediático. Diez de ellos fueron condenados a la cárcel por desacato, al no querer seguir el juego infame del jurado.

Esta terrible iniciativa contó con la colaboración de anticomunistas como Billy Wilder, Walt Disney, Elia Kazan, Ronald Reagan o Gary Cooper. A la lista (que en 1952 incluía 342 nombres) fueron añadidos Charles Chaplin, Frank Capra o Dalton Trumbo. Paralelamente, también se produjo una persecución contra los homosexuales.

Los directores, actores y guionistas de la lista negra tuvieron serias dificultades para trabajar. Algunos utilizaron seudónimos, como Dalton Trumbo; otros emigraron, como John Huston, Orson Welles o Charles Chaplin. También se produjeron suicidios. En los años sesenta, la influencia del Comité decreció.

El proceso se conoció como “caza de brujas”, como las persecuciones de la Edad Moderna, y llevó a Arthur Miller a escribir su obra de teatro alegórica Las brujas de Salem (The Crucible, 1952).

Entre 1947 y 1957, Joseph McCarthy fue senador por el Partido Republicano. En 1950 acusó a 205 personas de comunistas infiltrados en el Departamento de Estado. En 1953 presidió las investigaciones del Senado contra supuestos comunistas (periodistas, militares y funcionarios). En 1954 prosperó una moción de censura del Senado contra él y cambió su suerte.

Se tiende a unificar en un solo fenómeno la actividad anticomunista del Comité del Congreso y la del senador McCarthy, utilizándose por extensión el término macartismo. Esto es comprensible, si se tiene en cuenta que fue el principal promotor público del anticomunismo.


Han sido realizadas varias películas de ficción que recrean o aluden a este fenómeno. Aquí ofrezco los datos de las más reseñables.

Solo ante el peligro (High Noon, Fred Zinnemann, 1952) ****
Gary Cooper es un sheriff que se enfrenta en solitario a una banda de gángsters. Escrita por Carl Foreman, incluido en la lista negra, muestra su propia situación al quedarse sin respaldos. Film de alta calidad.

La ley del silencio(On the Waterfront, Elia Kazan, 1954) ***
Dramón, con Marlon Brando. Considerada una justificación de la condición de delator de su director. Bien realizada y bastante pesada, no obstante.

Tempestad sobre Washington (Advise & Consent, Otto Preminger, 1962) ****
Narra con gran eficacia los entresijos de la alta política estadounidense con la excusa de una comisión de investigación del senado a un supuesto comunista, encarnado por Henry Fonda. Si bien no trata directamente de la caza de brujas, contiene todos sus ingredientes.

La tapadera (The Front, Martin Ritt, 1976) *****
Protagoniza Woody Allen, encarnando a un despreocupado amigo de un guionista comunista, que le pide que ponga su nombre en sus guiones para poder venderlos. Importantísima película de denuncia de la lista negra, dirigida, escrita e interpretada por personas que estuvieron en ella. Obra maestra.

Caza de brujas (Guilty by Suspicion, Irwin Winkler, 1991) ***
Con Robert De Niro como un director de cine víctima de la caza de brujas. Destaca la escena final, con el protagonista compareciendo ante el Comité. Pasable.

El crisol (The Crucible, Nicholas Hytner, 1996) ****
Con Daniel Day-Lewis, está basada en la obra de Miller Las brujas de Salem, metáfora del macartismo que narra un juicio por brujería de 1692. El propio dramaturgo firma el guion. Recomendable.

The Majestic (2001) **
Con Jim Carrey. Un hombre acusado de comunista pierde la memoria y es confundido con un héroe de guerra. Al final, la consabida escena de interrogatorio en el Comité. Empalagosa.

Punto de mira (One of the Hollywood Ten, Karl Francis, 2001) *
Con Jeff Goldblum como el director comunista Herbert J. Biberman, incluido en la lista negra. Narra el rodaje de su película La sal de la tierra (The Salt of the Earth, 1954). Floja.

Buenas noches, y buena suerte (Good night, and good luck,George Clooney, 2005) ****
Sobre la lucha del periodista televisivo Ed Murrow contra los atropellos de McCarthy. Dirigida con buen pulso.

Trumbo (Jay Roach, 2015) ****
Con Bryan Cranston como Dalton Trumbo, relevante guionista víctima de la caza de brujas. Muy buena.

La caza de brujas lleva al extremo un tema recurrente de la historia de la humanidad: el dilema que recogen leyendas como la de Fausto: “Renuncia a tus principios y serás rico. Aférrate a ellos y serás menos próspero que ahora”. En última instancia, la cuestión es elegir, no la presión. Aunque no cabe duda de que esta presión, además de ser un abuso de poder, pone al individuo en una encrucijada injusta, por cuanto éste debería gozar de libertad para actuar según su conciencia.

Hoy en día, mediante otras acciones de los grupos de poder, se viven situaciones similares a la caza de brujas, en las que se apunta a grupos sociales con excusas como la seguridad. Los ciudadanos se ven sometidos a presiones continuas, que combinan creación de estados de opinión dirigidos, linchamientos mediáticos y amenaza de pérdida de poder adquisitivo, en un círculo vicioso sistémico del que no es fácil escapar indemne.


Egobiografía onírica del Marqués de Sadefín

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Ya está editado el libro de historietas de Serafín Rojo Egobiografía onírica del Marqués de Sadefín. Edición crítica de Antonio Tausiet. Para más información, pulsar aquí.

Buñuel despierta

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Buñuel despierta (2016)
Le réveil de Buñuel (El despertar de Buñuel), Jean-Claude Carrière, 2011

“Dialogar con un muerto: un género antiguo, que he intentado trasladar al gusto de hoy. Pero hay muertos que se callan y otros que hablan. Este era el caso de Luis Buñuel. Sorpresa: él no había perdido sus frases mordientes, su mirada brutal, su reír hasta llorar. Me bastaba con escucharle. Hay muertos más vivos, a veces, que los que creen haberles sobrevivido”.
(Del texto de presentación del libro)


Jean-Claude Carrière escribió con Luis Buñuel los guiones de seis de sus películas, además de otros no realizados. También fue quien redactó en 1982, al dictado del cineasta, su autobiografía (Mon dernier soupir, “Mi último aliento”, traducido como Mi último suspiro). Al final de ese libro, Buñuel expresa su deseo de poder levantarse de entre los muertos de vez en cuando, e informarse de la marcha del mundo comprando algunos periódicos.

Esa idea es la que sirve de excusa narrativa a Carrière para redactar su texto. Recordando las palabras de Buñuel, compra unos periódicos y se los lleva a la tumba, en el cementerio de Montparnasse. El muerto se incorpora y conversa con el vivo, en varias visitas semanales.

La innegable sensibilidad artística de Carrière fluye por el texto, inspirada por la fuerte personalidad de su maestro y amigo. La anécdota argumental, narrada con fluidez, es el sustento de los recuerdos del escritor, que son los que nutren la mayor parte del libro. Tanto es así, que el mismo año, Carrière publicó Mémoire espagnole (Para matar el recuerdo. Memorias españolas, 2011), cuyo núcleo esencial vuelven a ser los recuerdos compartidos con Buñuel, aunque pretende llegar a ser un ensayo sobre la idiosincrasia española.

Pese a que en ocasiones se entremeten párrafos prescindibles de la filosofía social del guionista, esta falsa segunda parte de Mi último suspiro es una delicia, un ensayo disfrazado de novela en estado de gracia. En los momentos en los que el cadáver descansa, Carrière hace un recorrido minucioso, no sólo por las jornadas de trabajo compartidas entre ambos, sino también por sus charlas: buena parte del texto son palabras de Buñuel entrecomilladas, reproduciendo numerosas reflexiones inéditas suyas. Las frases del personaje resucitado son también reminiscencias del pensamiento del Buñuel vivo, de su humor, de su ética y de su modo de hablar.

Carrière disfruta recordando momentos clave, como el del homenaje a Buñuel de los grandes directores de Hollywood, ya relatado en el libro de 1982, pero ampliado aquí.

Un error imperdonable del mundo editorial en castellano ha obviado la traducción de este libro, provocado seguramente por la repetición de algunas reflexiones y vivencias con respecto a los de 1982 y 2011, estos sí publicados en español. Pero nada sería más fácil que publicitarlo como lo que es: la segunda parte de Mi último suspiro, una magnífica recopilación de reflexiones y situaciones inéditas del cineasta aragonés universal.

Reseña escrita en 2015. En mayo de 2016, el texto traducido ha sido publicado por Oportet Editores.

Un año de Zaragoza en Común

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El sábado 13 de junio de 2015 tomó posesión el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza. Contra todo pronóstico, el alcalde y los concejales iban a ser los genuinos representantes del pueblo. El grupo al que pertenecían, todo un ejercicio de confluencia política, se llamaba Zaragoza en Común, y lo encabezaba el abogado progresista Pedro Santisteve.
Fue un día de alegría. Los ciudadanos pudieron asistir en directo a la ceremonia del salón de plenos, desde las salas con monitores que se habían habilitado dentro del propio Ayuntamiento. Cada vez que un concejal confluyente prometía su cargo, llegaban los gritos y aplausos de júbilo. En un rato, alcalde y concejales bajaron a la plaza, donde les esperaba un nutrido grupo de votantes esperanzados. Junto al Gobierno Civil, el alcalde improvisó un discurso alegre y entusiasta.
Un tiempo después, el concejal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, hizo una rueda de prensa comunicando que la situación económica del consistorio era ruinosa. Pese a ello, se incrementó el gasto social en un 15 por ciento. La prioridad del equipo era paliar la emergencia social, puesto que la bolsa de pobreza ciudadana era muy abultada a causa de la crisis económica.
Los meses pasaron y la política de Zaragoza en Común se centró en imprimir su ideario. Mientras la oposición torpedeaba en los plenos cualquier iniciativa de sostenibilidad o justicia social, con el apoyo de los medios de comunicación tradicionales como Heraldo de Aragón, desde las concejalías se intentaba enderezar la herencia recibida, inmoral, corrupta y vergonzosa.
Las grandes contratas habían hecho de su capa un sayo, con la connivencia de los partidos tradicionales. La gestión de limpieza, parques y depuración de aguas rebosaba de incumplimientos y trapicheos. El urbanismo público había bailado al son que tocaban las grandes constructoras. Hasta el protocolo municipal estaba regido por las ancestrales costumbres de la iglesia católica y del ejército.
Para más inri, los trabajadores de la contrata de autobuses realizaron una larga huelga, de la que también se responsabilizó al ayuntamiento de izquierdas, por negarse éste a solucionarla con dinero público. La huelga acabó sin que, como antes había sido uso común, se gastase nada para ello. El mismo espíritu de contrarrestar el derroche sirvió para utilizar al Real Zaragoza como arma arrojadiza. Todo estaba permitido.
Mediante esa estrategia de acoso y derribo, los partidos opositores, que no soportaban ver perdidos sus privilegios de clase, incluido el PSOE para bochorno de historiadores, lanzaban noticias injuriosas contra los nuevos representantes del pueblo, con rabia feroz y resultados a su favor. Utilizaban cualquier excusa, acusando falsamente a Zaragoza en Común de ejercer prácticas irregulares que, en una extraña lógica, les parecían bien para sí.
Los medios publicitarios públicos de contraataque lucían por su ausencia. Los zaragozanos habían asimilado los mensajes de la nueva aristocracia: cundió la impresión de que la política de sus representantes, encabezados por Santisteve, era negativa, errática, no dialogante y paralizadora de la economía. La realidad era bien distinta: las iniciativas sociales, culturales, ambientales, urbanísticas, de transparencia y de participación eran casi diarias. Pero la comunicación a la ciudadanía era nefasta: no conseguía llegar más que a los partidarios más informados, que lograban leer entre líneas los medios de comunicación (ninguno afín), o seguían por internet los avances políticos.
Tan es así, que el alcalde y los concejales, cuando se expresaban en privado, lo hacían con evidente derrotismo, desconfiando de que acabasen la legislatura en sus cargos, con nueve concejales de 31, y el resto de los grupos votando mayoritariamente en contra de todas sus propuestas. La ilusión de la llegada de políticos honrados y comprometidos estaba muerta, o casi. No parecía que nadie de entre los suyos tuviese un plan para levantar los ánimos. Quizás era una lucha contra gigantes, pero había parecido que valía la pena.

Ibuprofeno

Cambiar el paradigma

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Para cambiar el paradigma, lo primero es saber qué es un paradigma. Es una palabra griega que significa “modelo o patrón”. Bien, pues parece que hay que cambiar el modelo de actividades culturales, sociales y económicas de las comunidades humanas.

A mí no me parece mal, y creo que es una vieja aspiración de la izquierda. Lo que pasa es que los modernos han entrado en tromba y han llenado todo de expresiones que a los antiguos nos suenan ridículas. Este fenómeno es, pues, intergeneracional. Veamos de qué estoy hablando, a través de un breve glosario improvisado.

Aceleración, banco del tiempo, biblioteca de las cosas, bienestar integral, biodiversidad, branding, capacitación, cocreación, coformación, cogestión, comunicación emocional, competitivo, corner made, cosourcing, coworking, didáctica expandida, dinamización, economía colaborativa, empoderamiento, emprendedor, especificidad, gamificación, gastrobar, hackeo, headhunter, horizontalidad, inboud marketing, impacto visual, influencer, informalidad, innovación, instalación, integrado, interactividad, interdisciplinar, interrelación, intervención, lab, makerspace, mapeo, microseminario, minimizar, multimedia, optimizar, participación activa, periférico, perspectivismo, polivalencia, pop up store, preincubación, prototipado, posicionamiento, redes, reciclaje creativo, relacional, repensar, reputación online, resiliencia, retos, semillero, semipermanencia, sesiones grupales, sinergias, singular, social media, slow food, sostenibilidad, transformación, trending, videomarketing, visibilidad, vivero, videomapping…

Se trata de un batiburrillo de expresiones compuestas, anglicismos, neologismos, conceptos tecnológicos, empresariales, de arte contemporáneo, ecológicos, de sociología capitalista y algún que otro préstamo adaptado del marxismo, del anarquismo y del psicoanálisis. Sin olvidar las palabras que no significan absolutamente nada.

Los componentes de esta tendencia avanzada consideran superadas las ideologías del siglo XX, aunque suelen formar parte de grupos humanos herederos de aquéllas (caso de los socialdemócratas y/o neoanarquistas PSOE o Podemos en España).

Hubo una vez una rica herencia literaria, artística y de pensamiento que iluminaba el progreso científico, cultural y social. Se hablaba de libertad, de igualdad, de justicia. Los pueblos luchaban por avanzar hacia esas utopías.

El futuro es un club de golf sin jugadores ni césped, regado con zumo de naranja procedente de concentrado e iluminado con leds, donde nos relacionaremos virtualmente con nuestros falsos vecinos. Las reglas del juego las habrá creado el inconsciente colectivo. Los beneficios económicos, sin embargo, serán para los mismos de siempre.

El altermundismo, las ONG, el neoliberalismo, las religiones nuevaoleras, las pseudociencias, el animalismo, el veganismo y hasta la impresión de muñecos en 3D aportan los ingredientes a la ensalada mental de estos humanos, que constituyen la vanguardia de nuestras sociedades. Es la nueva demostración palmaria de que el lenguaje crea realidades.

Los Sueños de Quevedo

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Francisco de Quevedo (1580-1645) es uno de los autores más importantes de la literatura universal. Pero no por su hondura intelectual, sino por su ingenio y su dominio absoluto del castellano. Se trata del primer nombre de una lista de escritores de esas características, que continúa con Valle-Inclán y Gómez de la Serna, y termina con Francisco Umbral. Precisamente de este último son estas líneas:

Quevedo, altar barroco, estropicio genial, punta de espada, caballo de pica, España en juramentos, legislador de Dios y de los putos, eterno en meretrices, grande de sí mismo. Quevedo no da facilidades, es irreductible en cada línea, literatura y violencia en estado puro y síntesis metafórica. Cervantes, más prudente, reserva los tacos para Panza. Quevedo los asume todos, recauda, pronuncia, escribe con fulguración literaria y hasta metafísica la blasfemia variada, sorda y permanente del pueblo español.

Sueños y discursos es un volumen de cinco relatos satíricos en los que el autor carga contra la sociedad de su época, a la manera de Luciano de Samosata. Se han calificado de filosóficos, pero no pasan de ser humoradas moralistas. Son especialmente ingeniosos los prólogos a cada texto. Fueron publicados en su tiempo en dos principales versiones:

- Sueños y discursos de verdades descubridoras de abusos, vicios y engaños, en todos los oficios y estados del mundo (1627).
- Juguetes de la niñez y travesuras de ingenio (1631). Versión expurgada para su aprobación por la censura, añadiendo otros textos breves. El nuevo título alude a la temprana edad en su composición.

1. Sueño del juicio final, 1605 (El sueño de las calaverasen 1631)
El autor sueña que asiste a la resurrección de los muertos y al juicio final. Todo ello le sirve para hacer chanzas de distintos tipos humanos y profesiones. El texto, escrito por Quevedo a sus 25 años, es el primero que trata el juicio final de un modo literario, además de jocoso.

2. El alguacil endemoniado, 1607 (El alguacil alguacilado en 1631)
Quevedo entra en una iglesia, donde el sacerdote se dispone a exorcizar a un alguacil. El escritor conversa con el diablo que posee al funcionario. El diablo cuenta cómo es el infierno y quiénes van a él, haciendo discursos morales, en un juego de inversión.

3. Sueño del infierno, 1608 (Las zahúrdas de Plutón en 1631)
En este sueño, parodia de la Divina Comedia, Quevedo ve el cruce de caminos que se bifurcan, al cielo y al infierno. Toma el del infierno y narra los personajes que allí ve, muchos de ellos grupos enteros de algunas profesiones, como los sastres. Se ofrece una lista de herejías. Entre los condenados, Judas, Mahoma y Lutero. Es el capítulo más rico de la obra.

4. El mundo por de dentro, 1612
Un anciano, personificación del desengaño, acompaña a Quevedo en su visita onírica por la calle mayor del mundo, en la que se encuentran personajes que le sirven para descubrir la hipocresía humana y la realidad que encubre.

5. Sueño de la muerte, 1621 (Visita de los chistes en 1631)
Desfile de difuntos que comienza con los médicos, causantes de la muerte según el autor, y continúa, guiado por la Muerte, con alguna consideración moral y una lista de personajes nombrados en dichos y refranes, con los que se hacen chistes ligeros y divagaciones morales.

La lectura de este libro se puede completar con:

1. Discurso de todos los diablos, o infierno emendado, 1628 (El entremetido y la dueña y el soplón en 1631)
También titulado El peor escondrijo de la muerte, se incluyó en la edición de 1631. Consiste en otra bajada a los infiernos, donde esta vez predominan los personajes históricos 
(César, Calígula...), más que las caricaturas de oficios. Más político que los anteriores Sueños y discursos.

2. La hora de todos y la fortuna con seso(publicado póstumamente en 1650)
Nueva sátira moral, en la que se produce un concilio de los dioses clásicos. Júpiter, tras escuchar a la Fortuna, decide dar una hora de libre albedrío a los humanos, presentados en cuarenta cuadros de otros tantos arquetipos. Incluida en alguna edición de los Sueños y discursos, constituye la confirmación rotunda del descreimiento de un Quevedo ya maduro.

3. Las llamadas Obras jocosas u Obras burlescas, recopilación de escritos breves de juventud del autor. Entre ellos, varios incluidos en la edición de 1631, como las Cartas del Caballero de la Tenaza.


(La imagen de encabezamiento es el cuadro Lutero: asunto tomado de un sueño del infierno de Quevedo (1858), de Francisco Sans Cabot). 

Ingredientes del cóctel Bob Dylan

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1. Generación Beat: la contracultura
En 1961, Bob Dylan se traslada a Nueva York, concretamente al Greenwich Village, barrio bohemio de Manhattan, donde empieza a actuar en locales como el Gaslight. Es el epicentro de la Generación Beat, capitaneada por escritores estadounidenses de la década de los cincuenta, que rechaza los valores clásicos de su sociedad. Fueron los precursores de la contracultura y del movimiento hippie de los sesenta. Sus autores más relevantes fueron Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William Burroughs. La obra literaria más importante de esta generación es En el camino (1957) de Jack Kerouac, una novela escrita como un monólogo interior. El poeta Allen Ginsberg secundó en 1996 la iniciativa para promover la candidatura de Bob Dylan a Premio Nobel de Literatura, que le llegó veinte años después.

2. Woody Guthrie: el folk
Bob Dylan había ido a Nueva York con la idea fija de visitar a su ídolo, el cantante folk Woody Guthrie. Éste estaba ingresado en un hospital psiquiátrico de la cercana Nueva Jersey. Guthrie era para Dylan la verdadera voz del espíritu estadounidense, con su defensa de los oprimidos y su estilo musical, heredero de las melodías populares. Otro de los ídolos de Dylan era el cantante country Johnny Cash, con el que llegó a entablar amistad. Pero el eslabón entre Guthrie y Dylan es Pete Seeger, heredero artístico del primero y padrino folk del segundo.

3. Robert Johnson: el blues
El cantante negro Robert Johnson, fallecido en 1938, que sólo dejó grabadas 29 canciones, es uno de los grandes pioneros del blues, tanto por su aportación a la música como por la poesía de sus letras. También sentó las bases del rock and roll. Es uno de los bluesman a los que se atribuye la leyenda del pacto con el diablo en un cruce de caminos, intercambiando su alma por la habilidad musical. En un breve y sorprendente período de tiempo en 1961, Bob Dylan también pasó de ser un mero intérprete a componer muchas de sus mejores canciones. En abril de ese mismo año fue telonero de John Lee Hooker, uno de los grandes del blues.

4. Rimbaud y Verlaine: el simbolismo
En la Francia de finales del XIX, dos poetas malditos, Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, establecieron su propia contracultura adoptando el simbolismo de Charles Baudelaire, y sentando las bases de las vanguardias del siglo XX. Bob Dylan se empapó de sus poemas y los utilizó como vehículo para crear un universo literario plagado de figuras oníricas de gran fuerza expresiva. Ya en 1975, la influencia literaria se centra en Antón Chéjov, escritor realista ruso de gran calado psicológico.

5. Yahvé y Jesucristo: la religión
Bob proviene de una familia judía y su obra está impregnada de la visión trascendental de la vida y de citas de la Biblia. En 1978 tiene una visión de Jesús y lanza tres discos cristianos evangélicos entre 1979 y 1981, lo que no impide que después se una a una secta judía, que en 1997 toque para el papa o que en 2009 grabe un disco de villancicos. Si la religión es el opio del pueblo, para Dylan ha sido una constante inspiración, sin olvidar el empujón de otras sustancias, como la marihuana, las anfetaminas, el LSD y la heroína, célebres modificadores neuronales que potencian el misticismo.

6. Like a Rolling Stone: el rock and roll
Ya en su adolescencia, antes de viajar a Nueva York, Dylan había formado parte de algún grupo de rock. Pero entre 1961 y 1965, su imagen pública fue la de un cantautor acústico. Así que cuando en 1965 decidió dar el salto a los arreglos eléctricos, su público lo vivió como una traición. La presentación pública de su primer disco de rock, en el Newport Folk Festival de ese año, constituyó un escándalo (no volvió a actuar en él hasta 32 años después). En Mánchester, dentro de la gira 1965-66, un espectador le gritó “¡Judas!” por el mismo motivo. De cualquier manera, la influencia del tema Like a Rolling Stone y de Dylan en el rock es insuperable. Los adolescentes del siglo XXI escuchan versiones de Knockin' on Heaven's Door o Desolation Row y no saben que son temas de Dylan.

El Nobel de Literatura es el máximo galardón mundial a las letras. Bob Dylan es un indiscutible merecedor de este premio por su poesía. Pero su aportación a la música del siglo XX es también primordial y reconocida: en 1991 recibió un Grammy a toda su carrera y en 2000 un Óscar por su canción Things Have Changed. Larga vida al huraño genial.


Para saber más: Bob Dylan, disco a disco.
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